Los gitanos recomiendan

Los gitanos recomiendan

Cultura y pedagogía es lo que hace falta para acabar con el antigitanismo en España. Los propios gitanos y gitanas nos dan algunas claves para entender mejor la historia de su pueblo

Hay un cuento popular en los Balcanes que se propone explicar por qué los gitanos se hicieron músicos. Al decir de la leyenda, Dios le regaló a san Pedro un violín para que la música pusiera a la gente de buen humor y así se evitaran las peleas. Pero el santo no quería cargar él solo con la responsabilidad. Necesitaba que más gente se uniera a él en su labor pacificadora. «¿Y quiénes podrían ser?», preguntó Dios. «Deja que sean los gitanos –respondió san Pedro–. Deja que entretengan a la gente para que no se vierta sangre cuando beban y estén de juerga». A lo que Dios respondió: «Que así sea».

Entre la fantasía del cuento emerge una gran verdad: que el pueblo gitano, tenido a menudo como misterioso y encerrado en sí mismo, ha sido increíblemente generoso con su arte. Lo ha dispersado con largueza para abrirse al mundo y para explicarse a sí mismo. Y no ha sido solo con la música, como veremos a continuación.

En la creación artística hay, además, un hecho diferencial que coloca al pueblo romaní al margen de los clichés: su contumaz heterodoxia. Tan cierto es su apego a la tradición como su inclinación por la disidencia. Siempre se ha dicho, por ejemplo, que los gitanos no cantan por peteneras porque da mal fario. Y es así… con gloriosas excepciones: en realidad, nadie las ha cantado mejor que la Niña de los Peines. Esa «concepción ilimitada y sublime por la libertad», en palabras de Juan de Dios Ramírez-Heredia, alcanza, pues, a la propia etnia. Y por eso, aunque parezca paradójico, que haya gitanas escritoras y gitanos profesores universitarios o políticos, no debería extrañar tanto. En realidad es muy gitano.

Serán estos calés singulares, precisamente, quienes compartan con nosotros algunas de sus claves culturales. ¿Qué libro, qué película, qué disco consideran especial a la hora de conocer mejor al pueblo gitano?

Un viaje épico

Ismael Cortés es diputado de En Comú Podem por Tarragona y siente debilidad por la película Latcho Drom (1993), una obra fundamental dentro de la cultura gitana europea que destaca por la ambición de su director, Tony Gatlif. «Es una película imprescindible», asegura Cortés. «En ella cuenta el viaje del folclore gitano desde la India hasta España. Gatlif va trazando ese hilo que conecta dos sitios tan distantes, pasando por cada uno de los países de la diáspora».

No es extraño que Cortés esté interesado por esta visión trasnacional del pueblo gitano. No en vano es doctor en Estudios Internacionales de Paz y Conflicto y ha trabajado en universidades de Budapest, Nottingham o la misma Carlos III de Madrid. El crítico Jonathan Rosenbaum dijo de Latcho drom (con su viaje a través de India, Egipto, Turquía, Rumanía, Hungría, Eslovaquia, Francia y España) que es una película «que no tiene nacionalidad en absoluto». También dijo que es «una declaración política», «un relato épico», «una evocación poética» y, más sucintamente, «una obra maestra». Cortés coincide: «Está todo. Recoge episodios tanto de alegría como de sufrimiento. Y a través de la música y las imágenes desprende una maestría impresionante. Esta peli es fundamental».

En sus recomendaciones, el diputado también quiere abrir el capítulo de las artes gráficas. En ellas destaca el trabajo de la pintora Lita Cabellut. «Tiene una técnica pictórica muy personal con la que muestra el desgarro de los personajes», explica. «Pinta primeros planos, aunque no siempre. A veces incluye otras partes del cuerpo. Pero en los retratos, bastante amplios, logra captar el desgarro a través de la expresión, a través de la mirada, de la sonrisa, de la risa, del llanto… Es magnífica mostrando las tensiones internas».

Cabellut es una artista española radicada en La Haya desde hace varias décadas. Su trabajo, aunque centrado en la pintura, abarca muchas otras disciplinas, como la poesía, la escultura, la fotografía o el videoarte. Pasó su niñez en las calles de Barcelona; hoy tiene obra permanente en varios museos del mundo (Italia, Corea del Sur, Francia, España, Grecia, Países Bajos…).

Pedagogía gitana

Decía James Baldwin que «la historia de Estados Unidos es la historia de los negros de Estados Unidos». Lo que ocurre es que, normalmente, los estudios académicos han dejado al margen ese enfoque. Y lo mismo ha pasado en España. Nuestro país, por otra parte tan preocupado por autoanalizarse, ha estudiado profusamente el perfil autoritario y represor que ha caracterizado el ejercicio del Estado desde hace 500 años, pero lo ha hecho sin atender a una de sus principales víctimas: el pueblo gitano.

Fernando Macías es doctor en Educación y Sociedad y profesor de la Universidad de Barcelona. Y gitano. Su especialidad es la de la pedagogía y sus estudios tratan tanto de mejorar la inclusión del alumnado gitano en las aulas como de ampliar la visión del propio profesorado, quien carga también con recelos y prejuicios seculares. ¿Podría usarse alguna obra artística como material didáctico para fomentar la tolerancia y el conocimiento sobre el pueblo gitano entre alumnos payos y sus profesores? «No hay una sola obra capaz de hacer eso», avisa. Macías pone el foco en el desconocimiento que existe sobre la experiencia de ser gitano en España: «Para conocer al pueblo gitano es necesario conocer su historia. Y eso pasa por conocer todas aquellas contribuciones artísticas que han explicado, desgraciadamente, nuestras fatigas». Y añade recogiendo el espíritu de Baldwin: «No se entiende la historia de nuestro país sin árabes, judíos y gitanos. Simplemente no se entiende».

Las fatigas de las que habla Macías empiezan en el siglo XV y la persecución no termina (si es que lo ha hecho alguna vez) hasta hace bien poco. «En el Código Penal, hasta 1982 –puntualiza Macías–. Y de facto, hasta bien entrado el siglo XXI. Un estudio de 2016 de Amnistía Internacional decía que parecer gitano o árabe (no hay que serlo, basta con parecerlo) multiplica por diez las posibilidades de ser detenido en la vía pública».

Las primeras leyes antigitanas en España las dictaron los Reyes Católicos en 1499 y, en diferente grado punitivo, se extendieron hasta el tardofranquismo. Buscaban acabar con su modo de vida nómada y los castigos iban de los latigazos a la pena de muerte, pasando por el corte de las orejas, la condena a galeras o los trabajos forzados en las minas. Todo esto ha sido apenas una nota a pie de página en el gran libro de nuestra historia. Y desde luego no ha llegado a las aulas.

Persecución. El Lebrijano.

Entre los artistas que han tratado este tema destacan el dramaturgo José Heredia Maya, autor de Camelamos naquerar, y el cantaor Juan Peña, El Lebrijano. Su disco Persecución, con textos del escritor Félix Grande, es una obra maestra a medio camino entre el reportaje, la poesía y el cante jondo. «Es cierto que el flamenco, si analizas las letras y los palos, hablan de todo ese pasado. Lo que no sé, desde un punto de vista educativo, es si eso, a la larga, podría caer en un estereotipo. Los gitanos estamos haciendo contribuciones culturales en multitud de disciplinas, no solo en la música y no solo en la música flamenca», explica Macías. «Tomemos el caso de Dorantes, por ejemplo, que sobrepasa el ámbito del flamenco para abrazar toda la música clásica. O a los gitanos que estamos en el mundo de la academia y la educación, que no investigamos solo para mejorar la situación de los gitanos sino la de todos los alumnos vulnerables. Lo que ocurre es que nuestras contribuciones culturales o científicas no se tienen en cuenta».

De igual modo, los medios de comunicación han perpetuado una determinada visión criminal del gitano, obviando todas las historias que se apartan de ese guion. «En una conferencia en Alicante, una gitana mayor que pertenecía al movimiento asociativo usó una expresión que se me ha quedado grabada: ‘los gitanos invisibles’ –relata Macías–. Creo que es estrictamente necesario incorporar al discurso pedagógico a esos gitanos invisibles. Es la única manera de desmontar todo el imaginario colectivo que existe alrededor del pueblo gitano».

El profesor pone algunos ejemplos para subrayar esta invisibilidad: «Muy poca gente sabe que uno de los padres de nuestra Constitución es gitano: Juan de Dios Ramírez-Heredia, nuestro querido tío Juan de Dios. Tampoco sabe mucha gente que la presidenta de la comisión para temas de violencia de género en el Congreso es gitana y se llama Beatriz Carrillo. En el ámbito más popular, tampoco mucha gente sabe que los futbolistas Reyes y Navas son gitanos. Ni que en el ámbito académico, en la Universidad de Harvard, una de las autoras más citadas en materia de salud pública también es gitana de origen rumano: Margareta Matache».

«En las aulas –concluye Macías– deberían entrar todas aquellas obras artísticas que hablan de la historia del pueblo gitano para que alumnos y profesores puedan reflexionar, compartir, debatir sobre una historia que es la nuestra, la de los gitanos, y también la de todo un país».

Dame la libertad. El Lebrijano.

Gitanos con ‘buena letra’

La poeta y ensayista Noelia Cortés abundaba en esta idea del olvido selectivo del pueblo gitano en el programa Carne Cruda: «El mérito de la poesía del imaginario flamenco que se da en el nombre de España es de los gitanos».

La confusión (o la fusión interesada) empezó probablemente con los escritores orientalistas franceses que llegaron a España en el siglo XIX ansiosos de exotismo. Lo gitano, entonces, comenzó a identificarse directamente con lo español, lo que constituye quizás uno de los primeros casos conocidos de apropiación cultural: perseguidores disfrazados de perseguidos.

Cortés, en su ensayo La higuera de las gitanas, toma la poderosa imagen descrita por Sylvia Plath (esa higuera en la que cada fruto es otra Sylvia Plath posible, en la que cada higo es una multiplicación de la anhelada e inaccesible libertad) para hablar de esas mujeres gitanas injustamente olvidadas a pesar de su indiscutible valor. La autora (ella misma experta rompedora de estereotipos) se pregunta en su libro por la ausencia de escritores gitanos en el canon literario y redobla la apuesta con ánimo feminista: ¿qué pasa, que no hay escritoras gitanas? Y las hay, claro que las hay. Cómo no las iba a haber.

La higuera de las gitanas. Noelia Cortés.

Cortés nos habla de una de ellas y de su obra para seguir profundizando en el conocimiento del pueblo gitano: «Philomena Franz, autora de Entre el amor y el odio, que es el testimonio del Holocausto narrado desde los recuerdos de una niña gitana».

Franz, que sobrevivió a Auschwitz y que sigue viva hoy, a sus 100 años, compatibilizó su labor de escritora y testigo de la tragedia con la de activista. Durante décadas recorrió colegios de toda Alemania para contar a los alumnos aquel horror, aunque siempre desde la dulzura de la niña que fue, «sin odio», precisa, «sin acusaciones, tomando partido por la reconciliación». Una labor humanista y pedagógica de la que España, ya se ha dicho, debería tomar nota.

Otra de las escritoras gitanas más admiradas por Noelia Cortés, la polaca Papusza, compuso Lágrimas de sangre, uno de los poemas más elocuentes sobre el porraimos (la palabra romaní que designa el genocidio perpetrado por los nazis contra el pueblo gitano). Ambas, Franz y Papusza, se movieron entre dos aguas, las de la rica tradición oral que les venía de fábrica y las de la cultura escrita de los académicos. España también tiene ejemplos así.

«Curro Albayzin es una enciclopedia viva», asegura al respecto Cortés. Este gitano bailaor, toda una celebridad local, es también el autor de Zambras de Granada y flamencos del Sacromonte, «que documenta la historia del pueblo gitano en el Sacromonte y su influencia en la identidad del cante, dando detalles humanos de las vidas de todos los habitantes originales de las cuevas».

Y continuando con el flamenco, Noelia Cortés cita a otro artista ineludible del que ya se ha hablado aquí: El Lebrijano. Su álbum Persecución, insiste la escritora, «es un recorrido musical por los intentos de exterminio a nuestro pueblo».

A la también escritora Silvia Agüero le gusta decir que «hay que gitanizar el mundo». Lo dice contraponiendo una serie de valores diametralmente opuestos a los de la burguesía capitalista, esa misma que precariza y esclaviza al mundo entero. Atendiendo a esa máxima, la canción Dame la libertad (con letra del payo José Manuel Caballero Bonald) resume los afanes y singularidades de todo un pueblo (perseguido precisamente por eso, por su anhelo de libertad) y se convierte en mensaje subversivo y universal: «Dame la libertad del agua de los mares. Dame la libertad de la tormenta. Dame la libertad de la tierra misma. Dame la libertad del aire. Dame la libertad de los pájaros de las marismas, vagadores de las sendas nunca vistas».

Fuente: La Marea
Autor: Manuel Ligero
Foto: Fotograma del filme ‘Latcho Drom’, de Tony Gatlif. K.G. Productions
Nota del medio: La elaboración de este reportaje ha contado con la colaboración de Dani Domínguez en la recogida de testimonios.

Joaquín López Bustamante publica «La puerta entorná»

Joaquín López Bustamante publica «La puerta entorná»

Nuestro primo Joaquín López Bustamante presentó en Valencia, el pasado 3 de septiembre de 2022 su libro «La puerta entorná» en el marco de las 40 Jornadas de Enseñantes con Gitanos. La Fragua Projects pudo asistir a este acto que tuvo momento de gran emotividad y brillantez.

Del prólogo de Miguel Poveda

«En tiempos en los que el oxígeno de la cultura se hace cada vez más escaso, nos llega la exquisitez de estos textos de Joaquín López Bustamante cargados de una hermosa sencillez y profundidad. Cuando la música está implícita en la literatura, y este es el caso, uno lee cantándose los textos, sintiendo toda la enjundia de quien ha impregnado en sus letras toda la sensibilidad y autenticidad de su sangre, que bien sabe y conoce lo ancestral. Poemas que tienen la imperiosa virtud de conjugar todo ese universo gitano y flamenco, llevando el ayer al hoy».

Del prólogo de Antonio Ortega

«Esta puerta entorná deja ver, a poco que el lector asome la cabeza, la íntima sombra de un exquisito poeta, oculto allí donde la timidez levanta impenetrables muros de protección. Joaquín López Bustamante es un polifacético artesano de la cultura, un comunicador excelso y elegante, un periodista cabal y sensible. Sus modos, tan gitanos, no son el producto final de un pulido aprendizaje, sino el basamento humano connatural que prefigura sus entidades y sus autoridades de referencia. […] No creo, tras la lectura que he realizado, que estas coplas unas, nacidas para ser cantadas; otras, libres de grilletes normativos estén sujetas a ningún precepto: Joaquín es contemporáneo y tradicional al mismo tiempo, y no permite que la invasora modernidad de la dictadura de ciertas vanguardias le influya, ni que el clasicismo de los custodios de lo jondo lo inmovilice. Descondimenta, pues, las clasificaciones, en virtud de la libre circulación de los sentimientos, de las variables cargas emocionales para la composición de esta sugerente obra».

Sobre Joaquín López Bustamante

Joaquín López Bustamante (Valencia, 1961) es periodista y gestor cultural. Codirector, desde 2012, del programa “Gitanos: arte y cultura romaní” de Radio Nacional de España. En Radio 5 dirige y presenta “Memoria beatle” y «Letra y música: la canción de autor». Ha colaborado también en Radio Clásica y en M21 Radio de Madrid.

Participó en la creación de la Fundación Instituto de Cultura Gitana del Ministerio de Cultura y Deporte, donde fue coordinador de comunicación. Ha comisariado la exposición «Vidas Gitanas / Romani Lives», producida por Acción Cultural Española (Premio de Cultura Gitana 8 de Abril), «Literatura y Gitanidad» en el Hay Festival, o el ciclo de cine «O Dikhipen» en la Filmoteca Española. Ha sido director de publicaciones como «O Tchatchipen» o «Cuadernos Gitanos».

Ha participado en numerosos proyectos de distintas ONG de derechos humanos y ha publicado artículos en libros y revistas de cultura romaní. Imparte talleres, conferencias y cursos en instituciones sociales y académicas españolas y europeas. Su compromiso con la difusión de la cultura gitana ha sido reconocido, entre otros, con el Premio Comunica con Conciencia de la Fundación Secretariado Gitano, el Premio de Comunicación de la Federación de Asociaciones Gitanas de Cataluña o el Premio de la Hermandad Gitana de Andalucía.

Autor: Joaquín López Bustamante
Editorial: Libros de la Herida

La Asociación Enseñantes con Gitanos publica el libro «Educar frente al antigitanismo. Una inapelable contribución a la justicia y a la formación integral» de José Eugenio Abajo Alcalde

La Asociación Enseñantes con Gitanos publica el libro «Educar frente al antigitanismo. Una inapelable contribución a la justicia y a la formación integral» de José Eugenio Abajo Alcalde

Este libro, prologado por Iñaki Vázquez, ya se editó en una versión resumida por el Ministerio de Educación y Formación Profesional a principios de 2022. Ahora AECGIT hace su publicación extensa en formato online y en papel.

El libro «Educar frente al antigitanismo. Una inaplazable contribución a la justicia y a la formación integral», de José Eugenio Abajo Alcalde fue uno de los 4 libros que contienen los «Materiales sobre la Historia y Cultura del Pueblo Gitano en Educación Secundaria. Educar frente al antigitanismo» que el Ministerio de Educación publicó a principios de 2022.

Muchas gracias compañero José Eugenio por posibilitar nuestra participación y por el trabajo incansable que desarrollas tú personalmente y la Asociación Enseñantes con Gitanos en el ámbito educativo con el Pueblo Gitano.

Este libro es un buen instrumento para los profesionales de la educación y deberían ayudar a avanzar hacia una educación inclusiva y respetuosa con la diversidad étnico/racial y para que se convierta en un activo contra los prejuicios antigitanos.

En este completísimo trabajo se recogen infinidad de referencias, recursos e instrumentos que sirven para analizar la situación y proponer cómo actuar en el campo educativo incluyendo una perspectiva antirracista y de lucha contra el antigitanismo. Una de las lecturas imprescindibles.

Educar frente al antigitanismo: nuestra mirada (re)crea la realidad

El efecto Pigmalión, sesgado por la clase social y etnia

“Llevo varias noches sin dormir”. Así comenzó su ponencia Ana Vásquez, en unas Jornadas similares a éstas. Esta psicóloga chilena había realizado una investigación sobre la situación escolar de la infancia inmigrante en París y ahora tenía que “devolver” la información al colegio en el que había estado observando. En esos meses había trabado cierta amistad con la maestra en cuya clase había permanecido más tiempo. ¿Y qué es lo que la quitaba el sueño a esa investigadora?: el hecho de había cuantificado cómo esa maestra en su clase al alumnado inmigrante le dedicaba mucho menos tiempo de atención (en cuanto a miradas, preguntas, corrección de ejercicios y elogios) y esto, aunque de un modo inconsciente, evidenciaba menores expectativas sobre ellos y alimentaba el autocumplimiento de la profecía negativa.

Investigaciones como la de Ana Vásquez nos informan de que existe el riesgo de que las expectativas del profesorado estén influenciadas por los estereotipos de clase social y etnia y de que el etiquetaje negativo se dé con mayor frecuencia con respecto al alumnado procedente de niveles socioeconómicos más bajos y de minorías étnicas. Es decir, que el conocido “efecto Pigmalión” (o “autocumplimiento de la profecía”) no se distribuye aleatoriamente, sino que está sesgado clasista y racialmente.[1] La UNESCO (2018) advierte también de ese peligro: «Los estudiantes de grupos sociales desfavorecidos, como las niñas, las minorías o los discapacitados sufren frecuentemente como consecuencia de los prejuicios de los docentes, lo que se traduce en tener bajas expectativas sobre las capacidades de estos estudiantes. Los docentes que tienen bajas expectativas sobre sus estudiantes se esfuerzan menos por ayudarles a aprender, además de desanimarles de formas más sutiles, con el resultado final de que estos estudiantes tienen frecuentemente un rendimiento académico más bajo. […] Y a la inversa.» La psicóloga Elena Martín (2018), por su parte, subraya el efecto de reproducción de las desigualdades que conlleva esta dinámica: “En las expectativas y juicios de los docentes, se producen sesgos asociados a rasgos personales y sociales del alumnado […] Los juicios son siempre más negativos para estudiantes de colectivos vulnerables por distintas características (etnicidad, clase social, género, hablar otra lengua, necesidades educativas especiales) […]. Este hecho supone un serio problema para la equidad de los sistemas educativos” (Elena Martín, 2018).

Considero fundamental que los trabajamos en el ámbito educativo nos sintamos interpelados por el alto fracaso escolar del alumnado gitano y su segregación y nos preguntemos: ¿El fracaso y la segregación escolar de buena parte del alumnado gitano está reproduciendo y perpetuando la estereotipia desvalorizante sobre el Pueblo Gitano (P. G.)?, ¿Existe riesgo de una transmisión intergeneracional de la pobreza?, ¿Desde el ámbito educativo y socio-educativo podemos ser agentes de transformación?

Para profundizar en el conocimiento de esta realidad vamos a servirnos del “Método de encuesta”: I) Ver (los hechos y los datos), II) Analizar (las causas y explicaciones) y III) Actuar (líneas de trabajo necesarias a la luz de los aportes de las dos fases anteriores).

Conclusión: ¿por qué nuestros centros educativos necesitan que estén en ellos las y los gitanos?

Gloria Steinem en «Mi vida en la carretera” comenta que en los 60 dio una charla que tituló: «Por qué la Facultad de Derecho de Harvard necesita a las mujeres y no al revés”. Desde ese encabezamiento trataba de transmitir que las mujeres también tienen que estar en esa Facultad, por supuesto, pero que la propia Facultad las necesita, porque ¿de qué Derecho y de qué Justicia va a hablar esa Facultad si excluye a las mujeres de estudiar en la misma?

De un modo similar, debemos luchar por que las y los gitanos logren el máximo de titulaciones y estén presentes en todos los puestos laborales, pero sin dejar de subrayar que también los centros formativos y de trabajo necesitan que estén los gitanos y gitanas en ellos, pues, de lo contrario, ¿cómo podemos hablar de “inclusión”, “progreso”, “democracia”, “igualdad de oportunidades”…?

Seamos conscientes o no, nuestros centros escolares contribuyen a la reproducción del antigitanismo de diversas maneras y, en sentido contrario, pueden erigirse en palanca para su erradicación. Una educación que se posicione contra el antigitanismo no solo es un acto de justicia hacia el Pueblo Gitano y su infancia, sino que representa la mejor vía de acceso a una escuela y una sociedad más decentes.


[1] El efecto Pigmalión negativo sobre el alumnado de minorías étnicas en los centros escolares supone la aplicación al sistema educativo de los criterios jerárquicos clasificatorios de la alteralidad.  Vid.: M. J. Díaz-Aguado, 1985; A. Vásquez e I. Martínez, 1996; J. E. Abajo, 1996; J. E. Abajo y S. Carrasco, 2004; J. W. Schofield, 2006; J. Pàmies, 2006; B. Ballestín, 2008; B. García Pastor, 2011; A. Tarabini, 2016; F. Macías, 2017; UNESCO, 2018; E. Martín, 2018.

Foto: Cedida
Publicación: Asociación Enseñantes con Gitanos (AECGIT)
Autor: José Eugenio Abajo Alcalde

Campus Polígono Sur. La rabia del espíritu. La música del cuerpo. (2022)

Campus Polígono Sur. La rabia del espíritu. La música del cuerpo. (2022)

Se buscan bailarinas, intérpretes, domadoras de gallos y galgos, gitanas y gitanos ocultos para el arte universal pero situados como artistas en la seguridad de su casa. También camelamos gachés criados entre gitanos. Queremos gente afín e interesada en explorar la inmensa diversidad de la experiencia estética romaní desde la geografía concreta del sur de Europa. Gente flamenca perdida, y ganada, para el teatro; teatreras gitanas con el flamenco en las tripas pero sin tocar una palma. Son más que bienvenidas las del baile contemporáneo y toda persona conectada con la cosmovisión gitana del mundo (por familia, por amor o por militancia) y que tenga la rabiosa inquietud de sorprenderse sobrepasando los límites de su arte. Sin importar mucho la edad, de entre 18 y 100 años. Chavales o puretas.

¿Te atreves a darte la oportunidad de investigar el cuerpo gitano? 

En el cuerpo está toda la historia, desde el Tío Vicente Escudero hasta el éxtasis de la comunión evangélica. ¿Por qué Juan Talega expresaba todo sin aparentemente moverse? La ritualidad y la ruptura, la conexión y la pérdida, la herida y la cicatriz. El conocimiento artesanal de contarte una historia mientras te leo la mano o la colocación de la voz para alzarla entre las mesas de los bares de los guiris. 

Un laboratorio intensivo con Belén Maya, Diego Amador y Delaine Le Bas, donde combinaremos el aprendizaje desde las disciplinas de la danza-teatro, la música y las artes plásticas, con clases magistrales, formación teórica y práctica con muestra final del proceso.

Fuente: Campus Polígono Sur