Es fa públic aquest «Estudi-Guia» vinculat al projecte «Racial Justice and Empowerment 2024» que la nostra entitat està desenvolupant en aquest any a la demarcació de Barcelona
Racial Justice and Empowerment ha rebut finançament per a la edició d’aquest document de la Diputació de Barcelona i de l’Ajuntament de Barcelona.
Aquest és un instrument per a la lluita contra la infradenúncia del racisme amb el que han col·laborat dos excepcionals professionals gitanos: l’advocada gitana de sevilla Pastora Filigrana García i el politòleg gitano de Sant Adrià de Besòs Paco Vargas Porras.
S’ha editat la guía en català i en castellà. La descàrrega es lliure i s’autoritza la reproducció total o parcial del text sempre que es citi la font i l’autoria del mateix.
Este informe forma parte de la primera fase del proyecto a la que le han seguido otras que han desarrollado una campaña de incidencia política, proyectos piloto de alianzas locales por el desarrollo sostenible en barrios segregados con población gitana y la difusión de los resultados.
Sin duda, el desarrollo sostenible no será posible si no incluye al Pueblo Gitano y a sus reivindicaciones y necesidades.
El informe estuvo en fase de borrador varios meses para poder compartirse con las organizaciones de la sociedad civil gitana en varios foros. Después de su discusión final en el workshop de proyecto celebrado el pasado 20 de noviembre el texto ya es definitivo.
En coherencia con el contenido del proyecto, las tres organizaciones que impulsan este proyecto han decidido no imprimir en papel ninguno de los documentos que se generen. Para ello, además de la versión en PDF, hemos generado esta versión del informe online. Hacemos un llamamiento a las personas lectoras para que se descarguen el PDF pero no lo impriman o bien consulten esta versión online. Se accede a la versión online del informe «Relectura Gitana del Desarrollo Sostenible» clicando encima de el siguiente código QR:
Posicionamiento de La Fragua Projects ante las Elecciones Locales y Autonómicas del 28 de mayo de 2023
La Fragua Projects es un espacio profesional gitano que forma parte de la economía social y solidaria. Como tal somos un actor de la sociedad civil gitana. Basamos todas nuestras actuaciones en impulsar iniciativas y proyectos, acompañando al movimiento asociativo gitano o prestando servicios a las administraciones públicas, que trabajen fundamentalmente en tres líneas:
Lucha contra el racismo antigitano
La discriminación de género e interseccional
El empoderamiento de las comunidades gitanas
Persiste el déficit democrático antigitano
Desde la posición que representa La Fragua Projects venimos a llamar la atención de la convocatoria electoral del próximo 28 de mayo de 2023 en la que se celebrarán elecciones municipales en todos los territorios de Estado Español y elecciones autonómicas en la mayoría de ellos. Observamos con atención la configuración de las listas electorales y seguimos constatando la infrarrepresentación gitana en las mismas lo que es de facto un déficit democrático y social de primer orden.
Hacemos un llamamiento a todas las candidaturas existentes a que rectifiquen en el futuro inmediato este hecho, que no por reiterado deja de ser muy grave, e incorporen a personas gitanas en sus listas, en puestos con posibilidades de ser elegidas. En nuestra sociedad existen infinidad de referentes gitanos que juegan un papel importante en sus comunidades y en el conjunto de la ciudadanía, que son, de facto, una oportunidad para las diferentes fuerzas políticas de ganar credibilidad y conexión con los sectores que padecen exclusión social en nuestro país. No incluir a personas gitanas en los procesos electorales, además de una constatación de racismo estructural, tiene un precio muy alto que no nos podemos permitir como país.
De hecho, la inclusión de personas gitanas y racializadas, que actúen desde los preceptos de la defensa integral de los Derechos Humanos, en los ayuntamientos y parlamentos autonómicos son el mejor antídoto con el auge de la ultraderecha política y social, que está enarbolando peligrosamente un discurso racista y xenófobo, que es la principal amenaza para nuestra democracia y convivencia. En nuestras proclamas decimos incansablemente que Pueblo Gitano tiene memoria. Ya que hemos sufrido en carne propia los efectos de la sinrazón del fascismo, deberíamos ser uno de los baluartes en los que sustentara el muro democrático que frene cualquier expresión de ese fascismo demofóbico, dispersor de odio y profundamente antidemocrático. Desde La Fragua Projects trabajamos incansablemente para que esto sea posible.
La abstención que solo importa un día pero que debería ser una preocupación de primer orden para la Sociedad Civil Gitana
El día 28 de mayo, cuando sepamos el resultado de los diferentes escrutinios escucharemos valoraciones de los lideres políticos y analistas lamentándose del alto índice de abstención electoral. Tristemente esas lamentaciones no suelen significar rectificaciones profundas en las estrategias de esos mismos partidos. Los barrios segregados (gueto), por solo poner un ejemplo, necesitan que sus voces lleguen a los parlamentos y ayuntamientos y sus urgentes reivindicaciones sean atendidas. Si no propiciamos un cambio en las listas electorales, en los programas, en los debates y en la posterior concreción de políticas que tengan repercusión en esos barrios, donde vive una buena parte del Pueblo Gitano, las personas que ahí viven seguirán pensando que son las grandes olvidadas del sistema político de representación y no les motivará ni a participar electoralmente ni a valorar las diferentes propuestas programáticas que se les ofrecen. Lamentablemente nos duele afirmar que las personas de los barrios gueto que no votan tienen una poderosa razón para abstenerse.
Sin embargo, en la legislatura estatal actual se ha podido constatar que la participación de tres personas gitanas en el Congreso de los Diputados ha propiciado que se debatan asuntos de extrema necesidad y que ocasionan sufrimiento y dolor a miles de nosotros y nuestra conciudadanía. Esas tres diputadas, de fuerzas parlamentarias muy diversas, política e ideológicamente hablando, con muchas dificultades y contratiempos, se han puesto de acuerdo para, en asuntos fundamentales para el Pueblo Gitano, empujar en la misma dirección. ¿No es esto una muestra de concordia y alejarse del frentismo político en el que vivimos? ¿No es esto una muestra de que cuando se incluyen a personas provenientes de sectores históricamente marginalizados los debates ganan calidad y se acercan a aquello que preocupa a la ciudadanía? ¿No es esto una demostración de que cuando se incluyen candidaturas gitanas se gana calidad democrática? Desde nuestro punto de vista la respuesta a estas preguntas es un sí contundente.
Desde la posición que ocupa La Fragua Projects, como profesionales de proyectos que necesitan un fuerte impulso político, hacemos un llamamiento a todas las personas gitanas a que vayan a votar el 28 de mayo, haciendo un ejercicio de un derecho del que son titulares e influyan en el resultado electoral de su municipio y/o Comunidad Autónoma. Cuando las fuerzas políticas analicen la capacidad que tienen determinados barrios de cambiar resultados, probablemente prestaran más atención a las reivindicaciones historias que abanderamos. Es más, no votar, siendo un derecho también, beneficia a quienes mantienen la arquitectura del racismo estructural, el clientelismo político, el asistencialismo y los cimientos heteropatriarcales que hacen mella en nuestros cuerpos y en nuestras vidas. Si decimos que las vidas gitanas importan, podemos asegurar que los votos gitanos también importan.
Brotes de un cambio de tendencia
A pesar de este análisis también observamos con esperanza que existen candidaturas que sí incorporan personas gitanas en puesto delanteros, y no lo hacen como una expresión de “colorismo” electoral, sino que a estas personas les avala su participación durante años, su activismo y sus capacidades. Estos casos son muy minoritarios, pero nos merecen especial atención, generando entre nosotras grandes expectativas para los próximos años.
Desde el enfoque antirracista, feminista y de empoderamiento que impulsa el espacio profesional de La Fragua Projects, y desde nuestra independencia y no adscripción a ninguna propuesta política, ponemos el valor a las personas candidatas gitanas en las capitales provinciales de Sevilla, Barcelona, Vitoria (Álava) y León; en los municipios de Sant Adrià del Besós y Sabadell (Barcelona), Noáin (Navarra), Camas (Sevilla) y Linares (Jaén); así como para la Asamblea de Madrid. Estamos seguras de que habrá más candidaturas gitanas en esta contienda electoral, pero estas son las que tenemos conocimiento hasta el momento. Pondremos nuestra atención en todas ellas sin excepción.
Desde La Fragua Projects hacemos un llamamiento a la ciudadanía gitana y a nuestros aliados a que actúen para que las personas candidatas gitanas no sientan «soledad» durante este proceso. No es sencillo tomar la decisión de dar un paso al frente, aún teniendo un objetivo de mejora comunitaria, bajo las siglas de un partido determinado. Es por eso por lo que, en aquellos barrios dónde las personas gitanas somos mayoría, se apoye a quién decide presentarse en una candidatura transmitiéndole que con ese paso hacía delante ganamos todas las personas gitanas a través de la posibilidad de representación. Por supuesto ese apoyo no debe significar votar por ese partido concreto necesariamente, pero consideramos muy positivo hacer sentir que su candidatura es percibida como buena tanto para la propia persona candidata gitana, por lo que representa a nivel individual y a ojos del partido que confía en ella, como para la comunidad gitana de su barrio en su conjunto. Las personas candidatas gitanas pueden y deben jugar un papel importante en las instituciones públicas llevando las demandas y reivindicaciones de sus barrios y del conjunto del Pueblo Gitano al debate político. De hecho, probablemente este deba ser el mayor de los motivos que han tenido estas personas gitanas para formar parte de una lista electoral.
Construyendo el “casa adentro gitana”
Hace ya muchos años que desde parte de la Sociedad Civil Gitana se reclama la existencia de espacios de debate de discusión estratégica a todos los niveles que propicien mayor grado de unidad de acción entre los diferentes agentes de la sociedad civil gitana. Sin duda los asuntos institucionales serían una buena parte de esos debates que necesitarían la creación de canales productores de intercambio de experiencias, diálogo y consenso.
Décadas de activismo y asociacionismo gitano, desafortunadamente aún no han propiciado estos foros, quedando a expensas de decisiones unipersonales y de decisiones de los diferentes partidos políticos (gaches) aspectos que son claves para el conjunto de nuestro Pueblo.
Por otra parte, repasando la hemeroteca, vemos proclamas a la unidad gitana de manera continuada, pero no se ha sido lo suficientemente persistente ni hábil para crear metodologías que permitan tener dinámicas propias del Pueblo Gitano, construyendo mecanismos participativos, de respeto y de intercambio de experiencia que son claves para nuestro presente y sobre todo para nuestro futuro, si queremos iniciar el camino de ser reconocidos como sujeto político en España y en Europa.
Tener personas gitanas electas por el conjunto de la ciudadanía es una fortaleza de la que no solo la formación política a la que representa debe beneficiarse. De alguna manera las personas gitanas electas nos representan a todo el Pueblo Gitano y sentimos orgullo de tenerlos entre nuestras filas, como tantas veces se ha afirmado en los últimos años con los representantes gitanos en la Cortes Generales.
Desde un espacio profesional gitano como es La Fragua Projects, la creación de estos foros es fundamental para propiciar debates que influyen de manera determinante en el desarrollo de nuestra acción profesional y en la propia de causa gitana. Estos espacios deben ser horizontales, democráticos y participativos, huyendo de jerarquías, que probablemente sean útiles y necesarias en otros campos, pero que en este asunto son un impedimento que se ha evidenciado de manera reiterada.
Propuestas postelectorales
La Fragua Projects, como espacio profesional que somos, apostamos en convertir la protesta en propuesta. Las campañas electorales están llenas de eslóganes y programas, pero en muchas ocasiones estos quedan en el olvido pasado el día de las votaciones. Teniendo esto en cuenta y entendiendo que el papel de los ayuntamientos y Comunidades Autónomas son claves para muchos aspectos relacionados con el Pueblo Gitano realizamos las siguientes propuestas para desarrollar una vez se configuren los ayuntamientos y los parlamentos autonómicos después del 28 de mayo de 2023:
Creación de un foro de personas gitanas con cargos electos en el ámbito municipal y autonómico, como espacio de encuentro y debate de asuntos relacionados con el Pueblo Gitano donde se produzcan debates que vayan más allá de las fronteras inherentes de las diferentes propuestas electorales que esas personas representan, que pudiera tener, entre otros, los siguientes objetivos:
Incentivar que las personas gitanas con cargos electos se sumen voluntariamente a ese foro y lo pongan en valor en sus propias formaciones políticas.
Impulsar un espacio institucional de intercambio de buenas prácticas con el Pueblo Gitano en el ámbito municipal y autonómico.
Construir mecanismos de creación de consensos y gestión de disensos para ese foro.
Encontrar los mecanismos para que ese foro tenga continuidad y regularidad en el tiempo.
Convertir esta experiencia en una prueba piloto que propicie en el futuro otros foros gitanos donde participe la sociedad civil gitana y otros agentes clave, contribuyendo de esta manera a la construcción de la “casa adentro gitana” tantas veces reivindicada.
Reproducimos el texto íntegro, traducido al español de la Declaración Conjunta del proyecto «DisQo, lucha contra la discriminación y equidad en el ámbito de la salud 2022-2023» en el que La Fragua Projects participa junto a otras 23 organizaciones europeas.
13 de abril de 2023
A pesar de que cada vez hay más pruebas de que el racismo y la discriminación estructurales, institucionales e interpersonales repercuten de múltiples maneras en las desigualdades en materia de salud física y mental , hasta ahora se ha prestado muy poca atención a esta cuestión en el ámbito de la salud pública.
Las organizaciones abajo firmantes, que trabajamos en todos los sectores, nos comprometemos a adoptar una postura activa contra todas las formas de racismo y discriminación y pedimos a los responsables de la toma de decisiones a todos los niveles, incluida la Comisión Europea, que sigan nuestro ejemplo.
Juntos, hemos identificado cinco prioridades clave para abordar la cuestión de forma constructiva, respetuosa y participativa:
Reconocer el racismo y la discriminación como determinantes fundamentales de la salud, la equidad y el bienestar.
Fortalecer la participación social de las comunidades racializadas y discriminadas, y fomentar la diversidad, la representación y la lucha contra la discriminación.
Aumentar la claridad y coherencia de las definiciones clave relacionadas con el racismo, la discriminación y la equidad en el ámbito de la salud.
Recopilar más datos sobre igualdad (en la salud), desglosados por indicadores sobre múltiples motivos de discriminación, y armonizar la recopilación de datos de la UE.
Reforzar la legislación antidiscriminatoria de la UE, eliminando los compartimentos estancos e impulsando la integración de las políticas, la transparencia, la justicia reparadora y la participación social.
Esta Declaración Conjunta ha sido elaborada por personas que trabajan para organizaciones que son miembros o apoyan la Red Temática «DisQo – antidiscriminación y equidad en salud».
En el Anexo 1 se incluye un glosario con definiciones de términos clave utilizados en este documento, como racismo estructural e institucional, discriminación y equidad sanitaria.
1. Empieza por el reconocimiento
El racismo y la discriminación son determinantes fundamentales de la salud, que repercuten negativamente en la salud física y mental, así como en la accesibilidad y la calidad de los servicios sanitarios, a lo largo de la vida y a través de las generaciones.1 A pesar de la abrumadora evidencia, estas desigualdades sistemáticas y evitables en materia de salud han recibido muy poca atención en el ámbito de la salud pública.
Reconocer y nombrar los prejuicios inconscientes, así como el racismo y la discriminación interpersonales e internalizados, en el lugar de trabajo, en las comunicaciones, en la investigación y en las interacciones con otras personas, incluidos colegas o pacientes, hará avanzar la comprensión del problema y permitirá realizar más esfuerzos para abordarlo.
Reconocemos y apoyamos las acciones de la actual Comisión Europea, incluidas sus estrategias contra la discriminación, como el Plan de acción de la UE contra el racismo.3 Sin embargo, pedimos un compromiso más firme, no sólo de las instituciones de la Unión Europea, sino también de todos los líderes dentro y fuera del ámbito de la salud pública, incluidas nuestras propias organizaciones, para lograr un reconocimiento más amplio del racismo y la discriminación como determinantes fundamentales de la salud, la equidad y el bienestar.
Lograr un mayor reconocimiento del racismo y la discriminación como determinantes fundamentales de la salud, la equidad y el bienestar.
Nos comprometemos a emprender acciones para un reconocimiento más amplio del racismo y la discriminación estructurales, institucionales e interpersonales como determinantes fundamentales de la salud, la equidad y el bienestar mediante:
reforzando las políticas y prácticas antirracistas y antidiscriminatorias dentro de nuestras propias organizaciones
integrando este reconocimiento en nuestro trabajo/defensa siempre que sea posible;
colaborando y asociándonos con organizaciones de todos los sectores para crear comunidades de e intercambiar experiencias.
Hacemos un llamamiento a la Comisión Europea para que reconozca explícitamente el racismo y la discriminación como factores determinantes de la salud, la equidad y el bienestar:
asumiendo un papel de liderazgo para abordar esta cuestión desde la perspectiva de la equidad sanitaria;
la inclusión de menciones explícitas de esta cuestión en los documentos legislativos y políticos políticas;
dando prioridad a esta cuestión como parte integrante de los planes de formación en distintas disciplinas y como aspecto clave de la formación profesional continua; y
dar prioridad al tema en la financiación de la investigación.
2. Se trata de las personas
Con demasiada frecuencia, las políticas se elaboran sin implicar a las personas afectadas por ellas. Además, la participación social en los procesos de toma de decisiones es algo más que hacer que las personas participen en un ejercicio de marcar casillas al final de un proceso y debe seguir un «marco basado en los derechos humanos » que implique un compromiso significativo de las personas y comunidades afectadas a lo largo de todo el proceso, desde el diagnóstico del problema o problemas hasta la planificación, aplicación y evaluación de la política o intervención. También incluye proporcionar los medios para participar, la capacidad de las personas y el empoderamiento cuando sea necesario. La OMS Europa reconoce la participación social como motor de la equidad sanitaria. Un aspecto importante y relacionado con esto es la falta de diversidad y representación en los puestos de poder, como en las salas de juntas de las organizaciones públicas y privadas y en los órganos consultivos. La diversidad y la representación a las que nos referimos aquí incluyen, entre otros, el origen étnico, la raza, la cultura, la nacionalidad, el género, la orientación sexual, la identidad de género, la religión, la edad y la discapacidad. Esta falta de diversidad se observa también en el actual Parlamento Europeo, donde las minorías étnicas en general y las personas de color en particular están ampliamente infrarrepresentadas.
Reforzar la participación social de las comunidades racializadas y discriminadas, y fomentar la diversidad, la representación y la lucha contra la discriminación a todos los niveles.
Nos comprometemos a promover activamente actividades de participación social significativas que sean inclusivas y en las que se otorgue el liderazgo a los implicados mediante
Aportando liderazgo intelectual, experiencia vivida y soluciones concretas cuando los responsables de la toma de decisiones en actividades de participación social participen en el diseño, desarrollo y evaluación de iniciativas legislativas duras y blandas;
proporcionando información continua sobre cómo pueden mejorarse dichos procesos; y
abogar por la diversidad y la representación a todos los niveles, tanto en nuestras propias organizaciones como en nuestro trabajo sobre la equidad (sanitaria) en torno a las personas de comunidades marginadas.
Pedimos a la Comisión Europea que redoble sus esfuerzos para promover la participación social y aumentar la diversidad en todos sus niveles organizativos mediante:
incorporando y liderando sistemáticamente a las partes interesadas de la sociedad civil, no sólo en el diseño, desarrollo y evaluación de iniciativas legislativas duras y blandas, sino también como fuente clave de conocimientos especializados, siguiendo las Directrices para Legislar Mejor; y
fomentando -de forma no simbólica (es decir, garantizando una influencia real)- la diversidad y la representación en sus asesores/organismos consultivos, en sus proyectos financiados y, lo que es más importante, en todas sus DG, a todos los niveles de gobernanza.
3. El lenguaje importa
A fin de mejorar la calidad del diálogo y el discurso para abordar eficazmente el racismo y la discriminación, se necesitan definiciones concisas y reconocidas de términos y conceptos clave, como por ejemplo raza, racismo, racialización, discriminación, antirracismo, antidiscriminación, desigualdades sanitarias y equidad sanitaria. Se trata de requisitos previos fundamentales para crear un lenguaje común, un terreno común y un espacio seguro para el diálogo constructivo, así como para garantizar el uso de un lenguaje respetuoso y no estigmatizador.
Las definiciones existentes están fragmentadas en documentos y sitios web de las Direcciones Generales (DG) y Agencias de la Comisión Europea. Además, existen múltiples definiciones para el mismo término, y las definiciones utilizadas por organizaciones internacionales, como las Naciones Unidas, también pueden diferir.
Aumentar la claridad y coherencia de las definiciones clave
Nos comprometemos a promover un lenguaje respetuoso e inclusivo y a aumentar la claridad y coherencia de las definiciones críticas mediante claridad y coherencia de las definiciones críticas
la creación de espacios seguros para el diálogo inclusivo y respetuoso en nuestras propias organizaciones; y
liderando la reflexión y participando activamente en las acciones de la UE para armonizar las definiciones.
Hacemos un llamamiento a la Comisión Europea para que asuma un papel de liderazgo en el aumento de la claridad y coherencia de las definiciones críticas mediante:
desarrollando una página web con un glosario general de definiciones; y
realizando -o financiando- un ejercicio de armonización para establecer definiciones de los términos sobre los que no existe consenso, con la participación de las partes interesadas, incluida la sociedad civil.
4. Si no se puede medir, no se puede solucionar
La formulación de políticas y el seguimiento basados en pruebas para abordar el racismo y la discriminación y promover la equidad (sanitaria) requieren datos de buena calidad (cuantitativos y cualitativos) que permitan el desglose por indicadores de los diversos motivos por los que las personas pueden ser discriminadas, como su raza, origen étnico, características sexuales, género, orientación sexual, discapacidad, religión, creencias, edad y situación socioeconómica. Además, los datos sobre la discriminación autodeclarada o percibida son importantes, ya que las víctimas de discriminación tienden a no denunciar los incidentes de discriminación a las autoridades por diversas razones, como no saber a quién acudir y la falta de confianza en las autoridades. Dichos datos también permitirían realizar un análisis interseccional, mostrando individuos o grupos que se enfrentan a una discriminación múltiple e interconectada. Es importante destacar que la recopilación y el uso de datos sobre igualdad deben seguir el principio basado en los derechos humanos de no hacer daño, y no crear ni reforzar la discriminación, los prejuicios o los estereotipos existentes. Además, los datos anónimos deben ponerse a disposición del público. Sin embargo, en la UE faltan sistemas integrales o un enfoque coordinado para recopilar y utilizar datos de buena calidad sobre la igualdad, en parte debido a los diferentes enfoques y normas por los que algunos de los Estados miembros prohíben la recopilación de datos basados en el origen étnico por razones éticas, constitucionales o históricas.
Esto incluye los datos sobre igualdad en el ámbito de la salud (mental), en el que debe mejorarse tanto la recogida de datos como la investigación, incluidos los estudios a largo plazo, sobre todas las formas de racismo y discriminación. Un elemento crucial es la formación, no sólo de los profesionales sanitarios, sino -lo que es más importante- también de los miembros del personal (auxiliares, recepcionistas, etc.) encargados de recopilar los datos, para que comprendan la importancia que, a su vez, pueden transmitir a los pacientes. Esto incluye habilidades interpersonales y de sensibilidad cultural que generen confianza en el paciente. Por otra parte, la propuesta de la Comisión Europea sobre el Espacio Europeo de Datos Sanitarios es un instrumento legislativo crucial que, si se aplica con prudencia, tiene el potencial de aumentar la transparencia, dar a las personas el control sobre sus propios datos sanitarios y generar confianza en la forma en que se utilizan los datos.
Aunque existen algunas consideraciones legales, sobre todo el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la UE y las normas nacionales de protección de datos para proteger a los ciudadanos de cualquier riesgo potencial de uso indebido o abuso, la recopilación y el tratamiento de categorías especiales de datos personales son posibles en determinadas condiciones, incluso con fines estadísticos o de investigación. Por último, la falta de recursos financieros para llevar a cabo encuestas de recopilación de datos frecuentes y de alta calidad constituye un obstáculo importante.
Recopilar más datos sobre igualdad y de mayor calidad, desglosados por indicadores sobre múltiples motivos de discriminación.
Nos comprometemos a impulsar la mejora de los datos sobre igualdad:
abogando por una mayor calidad de los datos sobre igualdad, incluida la adecuada asignación de recursos, tanto a nivel nacional como de la UE; y
liderando la reflexión y participando activamente en los esfuerzos por armonizar la recopilación de datos sobre igualdad en toda la UE;
Pedimos a la Comisión Europea que impulse la mejora de los datos sobre igualdad:
asumiendo un papel de liderazgo en la armonización de la recogida de datos sobre igualdad en la UE, con la participación de las partes interesadas pertinentes, incluidos los que trabajan con datos (Eurostat, Eurofound, FRA, OCDE, CCI, OMS, etc.) y la sociedad civil
elaborar nuevas orientaciones para los Estados miembros sobre la recogida sistemática de datos sobre igualdad, también en el ámbito de la asistencia sanitaria mental y física, mejorando su comparabilidad y accesibilidad, y sobre la formación de las personas que recogen los datos;
promover un enfoque interseccional de los datos, garantizando que la recopilación de datos refleje la diversidad de los grupos expuestos a la discriminación; y
financiar -y animar a los Estados miembros a financiar- proyectos que avancen en la armonización de la recogida de datos sobre igualdad en la UE.
5. Acabar con los compartimentos estancos y pasar a la acción
Abordar cuestiones complejas y profundamente arraigadas como el racismo y la discriminación estructurales e institucionales, que afectan a sociedades y generaciones, requiere acciones a distintos niveles y colaboraciones y asociaciones entre distintos sectores. Esto último exige romper los compartimentos estancos y operar fuera de la propia zona de confort y/o área de especialización, para lo cual todos los puntos anteriores son cruciales: reconocimiento del problema, un lenguaje común con definiciones claras para la comprensión, la participación y el liderazgo de las personas afectadas, y datos de buena calidad. Es crucial reconocer que existen silos entre las categorías de partes interesadas, incluidos los sectores público, privado y de la sociedad civil, pero también que dentro de estos silos puede haber dinámicas y estructuras de poder que sostienen la discriminación y/o la exclusión.
La actual Comisión Europea ha puesto en marcha varias estrategias de la Unión por la Igualdad en 2020-2021 que persiguen la igualdad por diferentes motivos de discriminación, incluidos el racismo y la etnia, el antisemitismo, la discapacidad, el género, el colectivo LGBTIQ y el sentimiento antigitano. Estas estrategias van acompañadas de un grupo de trabajo específico sobre igualdad que trabaja para integrar la igualdad en todos los ámbitos políticos[8]. Este grupo de trabajo opera horizontalmente en todas las Direcciones de la Comisión y, por tanto, debería reducir el trabajo en compartimentos estancos cuando se produzca. Sin embargo, el grupo de trabajo es un servicio interno y no es visible desde el exterior, por lo que no puede supervisarse su rendimiento. Además, la transparencia en torno a la asignación de recursos para luchar contra las desigualdades sería favorable.
Reforzar la legislación antidiscriminatoria de la UE rompiendo compartimentos estancos e impulsando la integración de las políticas, la transparencia y la participación social.
Nos comprometemos a romper los compartimentos estancos y a pasar a la acción:
aumentando la colaboración intersectorial con organizaciones ajenas a nuestras redes habituales; y
participando activamente en actividades participativas centradas en la integración de la política de la UE, y aportando su liderazgo intelectual.
Hacemos un llamamiento a la Comisión Europea para que rompa los compartimentos estancos y pase a la acción:
reforzando sus esfuerzos de integración de la política a través del Grupo de Trabajo sobre Igualdad, para identificar la fragmentación, mejorar la coordinación y aumentar los espacios (seguros para) el diálogo entre los diferentes niveles;
adoptar un enfoque interseccional, reconociendo la diversidad de los grupos expuestos al racismo estructural y a la discriminación, para dar una respuesta eficaz y global a las necesidades particulares de dichos grupos en las intersecciones pertinentes; y
aumentar la transparencia y la participación social para reforzar la integración de las políticas, incluso en el Grupo de Trabajo sobre Igualdad y la financiación destinada a la lucha contra las desigualdades;
El camino es nuestro
Nosotros, las organizaciones abajo firmantes, reconocemos que lograr una verdadera Unión de la Igualdad es y será un camino continuo que deseamos recorrer juntos. Por favor, considere esto como una mano amiga y un compromiso de cada una de las organizaciones abajo firmantes para apoyarnos en todo lo que podamos para avanzar hacia nuestro objetivo común: sociedades justas e igualitarias.
Firmas
Las organizaciones y los diputados al Parlamento Europeo abajo firmantes suscriben la presente Declaración Conjunta. Pueden presentarse adhesiones adicionales hasta el 17 de mayo de 2023. Las adhesiones, preguntas o sugerencias pueden dirigirse a Raymond Gemen (Raymond.gemen@epha.org).
Organizaciones:
Africa Advocacy Foundation Art.1 Midden Nederland Association of Schools of Public Health in the European Region Cairde Center for Community Research and Action de la Universidad de Sevilla (CESPYD) Centre for Global Health Inequalities Research European Association for the Study of Obesity European AIDS Treatment Group Eurochild EuroHealthNet European Independent Foundation in Angiology/ Vascular Medicine European Institute of Women’s Health European Network of Equality Bodies European Psychiatry Association European Public Health Alliance European Society for Organ Transplantation European Public Health Association Eurordis FEANTSA International Sports and Culture Association La Fragua Projects Make Mothers Matter Mental Health Europe MiHealth Europe Nobody left Outside Platform for International Cooperation on Undocumented Migrants Robert Koch Institute (German National Public Health Institute) Romtens Foundation Salud por Derecho Social Platform
Miembros del Parlamento Europeo
Miguel Urbán Crespo – Grupo de La Izquierda Milan Brglez – Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas Romeo Franz – Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea
Documento enviado con motivo de las 40 jornadas de la Asociación Enseñantes con Gitanos celebradas en Valencia.
El concepto a debate: nada más viejo que la masculinidad.
El concepto “nuevas masculinidades” no está exento de debate y polémica. Este tipo de cuestionamientos, habitualmente pecan de academicistas y con cierto aire sofisticado al que cuesta llegar con el interés necesario para seguir el hilo de las interminables réplicas y contrarréplicas. Aun así, voy a intentar sumergirme en él con la intención de extraer alguna reflexión interesante sobre todo este asunto.
Primero debemos observar que esta expresión está compuesta por dos palabras y se conjuga en plural. La masculinidad, o sea el centro de las relaciones de privilegio y de opresión que vive nuestra civilización: el hombre. Ese sujeto político que domina el mundo y que hace que esté a su medida cual si fuera un dios cualquiera (así nos va). Esa identidad hegemónica la adjetivamos de nueva, sin duda con la intención de proyectar una imagen positiva dando a entender que todo lo nuevo es mejor, una evolución, un desarrollo de un estadio anterior. Nada más lejos del pensamiento científico y de la verdad cotidiana. No contentos con todo esto, también la pluralizamos proyectando que existen muchas formas de ser hombre, que ser hombre también es un hecho diverso. Qué mundo tan maravilloso proyecta lo “políticamente correcto”.
Mi apreciado José Ignacio Pichardo, en una entrevista realizada por Amnistía Internacional[1], al que tuve oportunidad de conocer hace más de 20 años en reuniones de activismo, contesta a la pregunta ¿Qué es ser hombre? Diciéndonos “Lo que es ser hombre y lo que es ser mujer se construye culturalmente. No hace falta remontarse muy atrás para darse cuenta de que no es lo mismo ser hombre en el siglo XXI que hace 50 años. En este tiempo hemos experimentado cambios importantes en la masculinidad que muestran que la transformación es posible. Por ejemplo, hoy muchos varones cuidan y son cariñosos con sus hijos e hijas, algo impensable hace unas décadas”.
Estando de acuerdo con lo que plantea, la lectura de esta interesante entrevista me lleva a reflexionar sobre algunos elementos que quiero compartir con los y las lectoras de este texto.
Parece incuestionable, a estas alturas, la afirmación que nos dice que el género es un constructo social, una serie de roles, valores y formas de sociales, interpersonales e intimas de actuar que en un contexto histórico concreto se otorgan a los cuerpos que la hegemonía viene a denominar como hombres o mujeres[2], estableciéndose en un conjunto de pautas que actúan en todas las esferas de las vidas humanas, desde las más sociales a las más íntimas. Sería iluso pensar que esos valores y roles están diseñados al margen de las relaciones de poder existentes, de los intereses políticos, económicos y geoestratégicos que dominan el mundo y que toman forma sin contemplar la dialéctica entre hegemonía y subalternidad que atenaza la vida en su máxima expresión y en todo el planeta. No hace falta tener un sentido de la observación desarrollado para darse cuenta de que eso no es así ni por asomo.
Dicho de otra manera. Los roles de género están pensados y diseñados para mantener el dominio del hombre, blanco (payo), cristiano y heterosexual, como paradigma dominante que lo sitúa en la cúspide de la pirámide del poder, en el centro de la estructura social, económica y política. En esa verdad absoluta se estructura el desarrollo de los sistemas sociopolíticos y económicos que prevalecen en nuestra civilización, produciendo, de manera sobradamente demostrada, la vulneración sistemática de los Derechos Humanos, hambre, pobreza, guerras, injusticia, sufrimiento, dolor y muerte generalizada en el planeta, aniquilando los recursos naturales y haciendo la vida insostenible a costa de acumular impúdicamente en muy pocas manos la riqueza de manera cada vez más pronunciada.
Si damos mi afirmación como válida (sé que puede ocasionar debate), ¿qué es lo que pretendemos con intentar definir “nuevas masculinidades”? La masculinidad, tal como se ha estructurado históricamente es la razón primera, o como mínimo el acompañante necesario, que ha llevado a esta civilización a un callejón sin salida. No tiene sentido intentar “reformar” el concepto. Debemos acabar con él si queremos que el futuro pase de ser una palabra retórica, a convertirse en un anhelo posible, en una esperanza colectiva. Si alguna persona que se autoconsidera hombre lee mis palabras y se siente incómodo, ofendido o cuestionado, le pido que se despoje de ese prejuicio y no vea en mi alguien que le ataca como individuo. No es esa la intención de quien escribe. Le animo a hacer un ejercicio de introspección profunda, y si es posible sin necesidad de expresarla (acto habitualmente muy masculino). Estoy seguro de que muchos de los que lo hagan verán que probablemente sean una víctima más al servicio de los intereses hegemónicos, como también lo soy yo. La masculinidad, el género masculino, tal y como lo entendemos hoy en día es contrario a la vida y la felicidad. Nos duela o no reconocerlo.
En mi opinión hablar de nuevas masculinidades es, en cierta manera, negar que ese constructo llamado hombre, ejerce, con inagotable, demoledora y cruel energía, unos privilegios que le otorgan ventaja con muchos de sus semejantes. Es un espejismo pensar que el hombre va a abandonar esa posición voluntariamente. Para subsanar esa desigualdad intencionada y planificada, ese hombre debe ceder espacio a las personas no hombres; debe desinstalarse de su centro y compartir; debemos sacarlo si es preciso; debe abandonar su privilegio, o sea, debe dejar de ejercer su masculinidad; asumir que él no es el universo completo. ni desocupar el espacio público en modo invasivo ya sea de forma física o simbólica; interiorizar que las relaciones no tienen por qué ser verticales; que las decisiones se pueden tomar escuchando, intentando comprender lo que “el otro” o “la otra” necesita, siente. La verdadera nueva masculinidad, debe coger el camino de la desaparición.
Los cuerpos llamados hombres que creamos en la igualdad y en la justicia social, debemos deconstruirnos. Repensarnos. Deshacer el camino andado. Con la granítica base construida con siglos de opresión sistémica no podemos construir algo nuevo. Como dice la misma entrevista a José Ignacio Pichardo, la existencia de minorías de hombres que se cuestionan su rol, no impide que la injusticia derivada del género siga matando, maltratando, produciendo dolor y muerte a gran escala. Hoy mucho más que en cualquier otra etapa de la historia. La tierra en la que plantemos nuestra “nueva” identidad debe ser permeable, esponjosa, abierta a la vida. Nuestra base tiene que ser la antítesis del monte rocoso de la masculinidad hegemónica. El camino opuesto ya sabemos a dónde nos lleva.
La otra cara de este debate es asignarnos a los y las que nos cuestionamos la opresión de género (eufemismo para decir de la masculinidad hegemónica), la idea que queremos hacer desaparecer a los hombres de la faz del planeta. Esta falacia facilona se puede equiparar a si lo aplicásemos a quienes, siendo esclavos y sin conocer otra realidad, se alzaron contra esa opresión, buscando justicia y aventurándose a construir un mundo mejor. El que les escribe se siente hombre CIS, pero intenta mirarse críticamente para (re)construirse en la medida de sus capacidades. Los que le quitamos la máscara a la masculinidad hegemónica estamos creando la posibilidad que surjan identidades que puedan ejercer otro tipo de relaciones, basadas en otros principios y valores. Querer acabar con alguien (un colectivo) además de una atrocidad, es una forma de pensar muy masculina. Nada más lejos de lo que uno anhela. Queda dicho.
El monstruo de la homosexualidad para la hegemonía heterosexual.
No hay situación que produzca más vértigo a la masculinidad, que reitero que es hegemónica, que la existencia del activismo de la disidencia sexogenérica. Los que estamos en ese terreno lo sabemos y en algunos casos, como es el mío, sabemos que eso tiene costes personales, laborales, familiares, profesionales, económicos y políticos. Los asumimos, pero no deja de escocer la herida cuando el frio cuchillo separa las carnes. No somos insensibles. Hemos tenido que aprender en base a las discriminaciones a ser resistentes y resilientes.
Antes de la aparición de los activismos, antes de Stonewall Inn, la revuelta de las travestis y transexuales racializadas, negras y latinas a la represión policial sistemática en la Nueva York de 1969; o antes de la marcha pro derechos LGTB en Barcelona en 1977 impulsada entre otras por una mujer transexual gitana, la tía Miryam Amaya; la hegemonía heterosexual tenía arrinconada a las disidencias sexogenéricas, con la ayuda inestimable de las grandes religiones monoteístas que, a lo largo de su sangrienta historia habían encontrado en la represión de todo lo relacionado con el sexo (el deseo) a uno de sus principales instrumentos de control de las masas que pretendían guiar.
La reivindicación del “derecho al propio cuerpo”, probablemente sin intencionalidad, se convirtió de hecho en una idea que propició un importante cambio social. Se transformó en una idea revolucionaria de facto. De esa convulsión social surgieron palabras nuevas que parecían cuchillos peligrosos para el sistema: visibilidad, salir del armario, orgullo. Este episodio histórico y sus consecuencias (movimiento LGTBIQ+, como el más destacado) se establece como uno de los más grandes cuestionamientos que ha sufrido el sistema de la masculinidad hegemónica y el heteropatriarcado en la historia reciente de la humanidad.
A pesar de que de eso hace ya más de medio siglo, la idea de la homosexualidad sigue siendo tortuosa para la masculinidad hegemónica. Se siguen sintiendo en peligro. La proximidad de ésta les autocuestiona y les bloquea. Me asombra la tremenda debilidad que demuestran, detrás de caras pintadas de guerreros iracundos se esconden rostros de niños asustados que no saben cómo actuar ante algo tan intrínsicamente humano como es la diversidad, alguien diferente a ti.
Levando esto a lo que nos ocupa, no puedo calificar de “nueva”, una masculinidad que no se coloque en clara alianza con la disidencia sexogenérica y por supuesto de las luchas feministas y antirracistas. Independientemente de su opción sexual personal, ¿que tendría de “nuevo” un hombre que se reafirme en sus posiciones homófobas tan arraigadas en nuestra heterohistoria? Y no me estoy refiriendo a entelequias. Una masculinidad que pueda llamarse “nueva” debe plantearse que su propia madre pueda decidir manifestar su lesbianismo a la edad que ella desee, o que su hijo de pocos meses tal vez pueda manifestarle más adelante que es una niña transexual, o que su jefe, o el líder de la asociación a la que pertenece pueda ser gay y venir con su pareja de la mano a la reunión y un larguísimo etcétera. Una masculinidad que pueda llamarse “nueva” debería significar que se medite sobre cuál va a ser su posición, no solo estética, sino profunda ante esos hechos. Cambiemos el mundo desde lo pequeño, desde lo que nos rodea. La disidencia sexogenérica es una aliada de facto de quienes quieren deconstruir la masculinidad hegemónica. No hay duda en ello. Los que quieran estar en este lado, no basta con que asuman labores del hogar deben, a mi entender, explicitar su apoyo personal a los derechos de la disidencia sexogenérica si no quieren ser parte del problema que quieren afrontar.
Pichardo nos sigue diciendo: “El concepto de nueva masculinidad tiene que ver con el deseo de muchos varones de crear y vivir en una sociedad igualitaria. Ellos piensan que otras formas de ser hombre son necesarias y, para ello, saben que tienen que cambiar determinados elementos de la masculinidad tradicional. Algunos lo buscan a nivel individual o en pequeños grupos, pero todavía tenemos que conseguir que estas experiencias emergentes cristalicen en modelos reconocibles”. No puedo estar más de acuerdo. Las mujeres han dado el paso. Los feminismos han emergido con fuerza y para quedarse. ¿Qué vamos a hacer los que nos identificamos como hombres?, ¿Cuál es nuestro rol? Hasta la fecha constato que estamos muy desorientados y aturdidos. Los que son heterosexuales quizás desorientados al observar a sus compañeras sexuales claman por la igualdad y se organizan para ello. Los que somos gais (no me gusta este término que suele ser payos con muchos “jurdós” y yo ni soy gache ni tengo de eso), no estamos desarrollado estrategias que acompañen a los feminismos en su voluntad transformadora, como si hicimos en nuestro pasado. Los hombres, heteros, transexuales, intersexuales o gais, debemos hacer nuestra parte que, por supuesto, no es quitarle el rol protagonista a las propias mujeres en su proceso emancipatorio, si no algo que vaya en el camino de mirarnos hacia adentro y crear nuevas bases: la tierra fértil en el que plantar nuestras, esas si, “nuevas” identidades.
La intersección entre la masculinidad hegemónica y el antigitanismo.
Los hombres gitanos no estamos al margen de este debate. Al contrario, estamos inmersos en él. Como Pueblo que ha sido y es víctima de una feroz discriminación estructural, el eje de opresión proveniente de heteropatriarcado intersecciona con el del antigitanismo produciendo mayor cantidad de consecuencias negativas entre los nuestros. Por otra parte, el auge de los feminismos gitanos ha puesto encima de la mesa, de manera más o menos explícita, la necesidad de cuestionar los roles de los hombres gitanos si queremos avanzar hacia un futuro del Pueblo Gitano en el que prevalezca la igualdad y la libertad.
El racismo estructural construye la alteridad (los diferentes) como negación de lo que la hegemonía quiere para sí mismo en un contexto histórico determinado. Proyectan valores negativos sobre nuestra identidad, arraigados en (medias)verdades o en mitos, para reafirmar su supuesta superioridad moral o ética. Este mecanismo cruel que ha marcado la vida de generaciones de gitanas y gitanos actúa con especial crudeza en cuanto al eje de género.
Como evidencian algunos estudios recientes, en los que he tenido el honor de participar desde el grupo de expertos asesor, los hombres gitanos tienen una posición prácticamente idéntica ante la violencia de género que el resto de la ciudadanía, pero el prejuicio antigitano hace que se nos señale como un pueblo más machista, homófobo y socialmente atrasado. La labor de los activistas y de las organizaciones no es otra que la de desmontar esos prejuicios y denunciar los abusos que cotidianamente sufre nuestra gente, ante la insultante pasividad de las administraciones públicas, como hemos visto hace unas semanas el Peal de Becerro (Jaén).
Pero dicho todo esto, ¿toda esta situación nos esgrime de encontrar la manera gitana de deconstruir las masculinidades hegemónicas? En mi opinión la respuesta es un no contundente.
Nuestro Pueblo, atacado de mil maneras a lo largo de los siglos, ha encontrado formas de sobrevivir como identidad. En las últimas décadas esto se puede constatar de manera clara con la implantación más o menos generalizada en España de una opción religiosa estableciéndose como un mecanismo más de resistencia identitaria y de contención de la segregación social y política que se nos ha impuesto. Esta opción religiosa que adoptan muchas personas gitanas en España, haciendo uso de una manera absolutamente lícita de los derechos religiosos que nos asisten en tanto que ciudadanos de este país, en algunas ocasiones está influenciado en la reafirmación de preceptos de una masculinidad tradicional, inmovilista y negadora de los avances sociales y civiles acaecidos en la sociedad, que chocan de manera frontal con los discursos sobre masculinidades con modelos más horizontales, que fomentan valores de igualdad de trato y de cuestionamiento de los roles establecidos. No sería honesto si no reconociera que este conflicto existe y que nos lo encontramos en el día a día de nuestras comunidades.
A pesar de eso, me quiero centrar en aspectos, que teniendo menor alcance me parecen muy ilustrativos de que camino debemos adoptar, en mi opinión, para producir el cambio social deseable. Como he argumentado se trata de transformar desde los pequeño e inmediato a lo sistémico.
Una transformación en círculos concéntricos. Empecemos por el más pequeño y cercano.
Dado que este escrito se redacta con motivo de un encuentro asociativo gitano y progitano, quiero empezar por describir ámbitos en los que actuar en ese campo ya que hay mucho “terreno de mejora”. Se trata de situaciones relacionadas con la sociedad civil gitana y su actividad.
En mi opinión, no podemos estructurar un activismo gitano que de facto no deje espacio para la vida personal, familiar y los cuidados. Los gitanos (hombres) que estén por este cambio deben plantarse y decir públicamente que no es tiempo de reuniones a las 11 de la noche, o que deben acompañar a su hija al colegio por la mañana, por ejemplo. Este tipo de afirmaciones deben escucharse de voces de hombres gitanos para que actúen de manera pedagógica y referencial en el conjunto del activismo. Es evidente que si el activismo es reproductor de los efectos de los privilegios masculinos pierde legitimidad.
Tampoco va en la buena línea establecer grupos de aplicaciones de mensajería instantánea, por ejemplo, en los que los hombres gitanos, muchos de ellos mayores, como si estuvieran en una situación de reunión permanente desde la mañana a la noche, facilitado sin lugar a duda porque tienen a mujeres que se encargan de todas las tareas domésticas y familiares, se deleiten a sí mismos dejando mensajes de audio de 5 minutos cada uno, armando discusiones interminables, poco empáticas y con demasiada presencia de egos sobredimensionados. Las mujeres y otros hombres debemos ocupar nuestro tiempo en otros quehaceres y no podemos (ni queremos) estar escuchando siempre a las mismas personas, reiterándose durante horas. El activismo es una acción colectiva que implica abrir espacios de participación, no coparlos. Es de sabios, virtud que hemos atribuido a muchos de nuestros mayores, saber escuchar y entre todos y todas deberemos encontrar la manera de moderar este tipo de grupos y hacer compatible el respeto a las personas mayores que atesoramos como Pueblo con el control de dinámicas gerontocráticas, que están imposibilitando el necesario y lógico cambio generacional y que instaladas en determinados sectores del activismo gitano en España, fundamentalmente en el asociacionismo institucional. No cabe duda de que esta situación descrita tiene relación directa con las masculinidades hegemónicas en nuestra sociedad y su inagotable necesidad de expandirse y demostrar permanentemente su liderazgo machista, autártico y demostrando sin pudor su fobia a la democracia y a la participación.
Por otra parte, las mujeres, las jóvenes y las niñas gitanas deben tener mayor protagonismo en la vida social y política en nuestras comunidades, y para ello será necesario abrir las puertas a su participación efectiva, respetando sus propias formas de organización y blindando la no injerencia masculina en su vida asociativa. Los hombres gitanos (padres, hermanos, hijos, sobrinos y tíos) deberían se acicates de esa participación y garantes del respeto que esta parte importantísima de nuestro Pueblo se merece. Sin duda podrían ejercer el valor referencial asumiendo tareas domésticas mientras las mujeres hacen vida asociativa.
Especial atención me merece un aspecto que creo de especial transcendencia. Deberíamos trabajar formas de mitigar la competitividad nociva y tóxica entre los hombres gitanos instalada en ciertos sectores de nuestras comunidades. Este aspecto especialmente presente en la masculinidad hegemónica general tiene consecuencias negativas en el terreno de la convivencia, la armonía y en la gestión de los conflictos de intereses existentes entre hombres gitanos. Las organizaciones gitanas deberían abandonar las dinámicas y proyectos asistencialistas, que tanto daño ha hecho a nuestro Pueblo, y trabajar aspectos como este y otros de esta índole (por ejemplo: resolución comunitaria de conflictos, violencia de género, promoción escucha activa, etc.) y hacerlo con periodos de actuación a medio y largo plazo, evaluando el impacto que se consiga, con la implicación también de la academia y de expertos y expertas a poder ser que sean pertenecientes al Pueblo Gitano.
Punto de encuentro. Demos salida a la esperanza.
La deconstrucción de la masculinidad hegemónica es uno de los más grandes y complejos retos que vivimos como civilización, junto con los efectos devastadores del cambio climático. Ese cambio, si se produce, no puede volver a dejar fuera a los racializados y a las personas disidentes. Los hombres que mandan, a cualquier nivel, deben abandonar esa posición para compartirla con los demás. El sistema jerárquico de género, de clase y de raza se está demostrando antagónico al mantenimiento de la vida, es ineficaz, injusto e insostenible.
Estos son caminos intransitados, debemos de reconocerlo y asumir la complejidad que eso conlleva. Armémonos de paciencia, y démonos espacio para equivocarnos y rectificar, pero empecemos ya. Soltemos amarras y hagámoslo con calma y sosiego, pero con la determinación que nos mostraron nuestros ancestros.
Los cuerpos autodenominados hombres y los que no lo son, pueden llegar a ser hermanos y hermanas. No utilicemos la imposición entre nosotros y nosotras. Encontremos la manera de dejar a nuestras hijas y nietas un futuro gitano lleno de salud y libertad, como nuestro saludo. Convirtamos a la equidad en nuestra bandera. Encontremos el punto de encuentro que nuestros ancestros hallaron para conseguir sobrevivir.
Hagamos lo que hagamos, no olvidemos que la libertad si es para unos cuantos, no para todos y todas, en realidad se trata de un privilegio.
¡ Sastipen thaj Mestipen ¡
¡ Salud y Libertad ¡
Madrid, a 2 de agosto de 2022 (Día de la Conmemoración de la Samuradipen/Porrajmos 2022)
[2] Expresión que pone en entredicho la división binaria de los sexos, y por supuesto de los géneros. Una de las más grandes falacias hechas verdades sistémicas y asumidas por “casi” todos y todas. Algunas civilizaciones antiguas respetaban las diferentes expresiones sexuales que los cuerpos manifestaban. En esta civilización las personas Intersexuales, por ejemplo, son consideradas anomalías por la jerarquía médica en lugar de ser la constatación de que no existen solo dos sexos y dos géneros.
A continuación, queremos aportar las propuestas elaboradas desde La Fragua Projecs, como una de las organizaciones de la sociedad civil gitana en España y del movimiento antirracista, en la consulta pública mencionada en el encabezado de este documento.
Antes de empezar nuestra exposición queremos hacer mención de la extrema dificultad que tenemos los grupos que sufrimos racismo para participar en una consulta de este tipo. La posibilidad de que se apruebe una ley de esta índole debe contemplar el grado de pobreza estructural en que vive buena parte de la población racializada en España y de las condiciones de vida laboral, personal y de residencia que ello conlleva, precisamente causada por el racismo existente. Por lo tanto, las dificultades objetivas para facilitar la participación son un obstáculo insalvable si no se modifican los plazos, las forma y los recursos. Dicho de otra manera, así solo pueden participar unos pocos privilegiados y debemos entender que eso no es lo deseable, ¿o sí?
Las consultas como esta pretenden acercar a la ciudadanía a la política entendida esta como el espacio de regulación y articulación de lo colectivo, más específicamente en la elaboración de políticas públicas, pero en muchas ocasiones constatamos que esas consultas alejan más a los sectores sociales implicados de la política. La participación debe contar con los tiempos, las formas y los recursos suficientes en todos los casos, pero más aún cuando las condiciones materiales de vida de quienes han de participar están tan condicionadas por las desigualdades y la discriminación de tipo estructural.
Sin más les relacionamos 6 propuestas que esperamos sean consideradas y tenidas en cuenta y sobre todo que sean de utilidad en este debate tan trascendente para este país.
Propuesta 1
Ubicación en el documento: Página 4.
Argumentación: El marco político europeo del Pueblo Gitano tiene una amplia agenda y trayectoria, en primer lugar, por ser la mayor minoría en el continente, y sin duda, por llevar más de 6 siglos de presencia en toda Europa con innumerables y tristes episodios de represión y discriminación, teniendo como máximo exponente de estos la “eliminación física” de más de 500.000 personas gitanas en los campos de exterminio nazis, que las y los gitanos llamamos Samudaripen o Porrajmos.
Es por ese motivo que las referencias al marco legal que en toda Europa se desarrolla para el Pueblo Gitano son excesivamente pequeñas e insuficientes en el documento expuesto a consulta. Además, creemos que este marco y agenda propia son de utilidad para otros grupos racializados y por lo tanto, esta propuesta de ley debe cogerlos como referencia.
Pasamos a enumerar algunos de los más relevantes documentos que deberían estar en el redactado de la Ley.
Se propone: Añadir las referencias más significativas relacionadas y clasificadas a continuación.
TEXTOS LEGALES Y DOCUMENTOS ADOPTADOS POR INSTITUCIONES EUROPEAS/INTERNACIONALES SOBRE ANTIGITANISMO
Resolución del Parlamento Europeo, de 12 de febrero de 2019, sobre la necesidad de reforzar el Marco de la Unión de Estrategias Nacionales de Inclusión de los Gitanos para el período posterior a 2020 y de intensificar la lucha contra el antigitanismo (2019/2509(RSP)): http://www.europarl.europa.eu/doceo/document/TA-8-2019-0075_ES.html
Resolución del Parlamento Europeo, de 15 de abril de 2015, con ocasión del Día Internacional del Pueblo Gitano – antigitanismo en Europa y reconocimiento por la UE del día de conmemoración del genocidio del pueblo gitano durante la Segunda Guerra Mundial (2015/2615(RSP)). http://www.europarl.europa.eu/doceo/document/TA-8-2015-0095_ES.html
Comisión Europea, Roma Civil Monitor 2017-2020. Civil society monitoring report on implementation of the national Roma integration strategies in Spain. Focusing on structural and horizontal preconditions for successful implementation of the strategy. Versión en español editada por la coalición RCM 2017-2020 en España (Khetane, Kamira, Fakali, Fagex y Kale dor Kayiko), coordinado por Iñaki Vázquez y la participación de Sandra Heredia. Capítulo “Abordando el Antigitanismo”, 2017: https://plataformakhetane.org/wp-content/uploads/2018/11/RCM_2017_C2_Spain-electronic-PUBLISHED-ESP.pdf
McGarry, A. Romaphobia: the last aceptable form of racism, Zed Books, 2017.
Piasere, L., ¿Qué es el antigitanismo?, en el libro (Re)visiones gitanas. Bellaterra, 2018, pp. 29 – 56, con la participación de Iñaki Vázquez como una de las personas entrevistadas y participantes de los grupos de discusión.
Selling, J., End, M., Antiziganism. What’s in a word. Cambridge, 2015.
Stewart, M., The Gypsy ‘Menace’. Populism and the New Anti-Gypsy Politics. Hurst Publishers, 2012.
Argumentación: Las referencias a la infradenuncia que aparecen en el texto expuesto a consulta parten de un planteamiento hecho desde el privilegio blanco ya que culpabiliza a las víctimas de no confiar en el Estado que precisamente les reprime. Desarrollemos primero mecanismos de protección y con el paso del tiempo y la implicación de agentes racializados se podrá abordar este hecho. Poner el racismo en la agenda política es de facto un cambio de paradigma ya que significa analizar y modificar la acción y la inacción de las administraciones y no de los grupos racializados.
Se propone: Eliminar las referencias a la infradenuncia tal y como están o redactarlas de nuevo en la línea de nuestra argumentación.
Propuesta 3
Ubicación en el documento: Página 5.
Argumentación: Nos parece insuficiente lo descrito en cuanto a lo que pretende esta ley. Por otra parte, en las propias pretensiones de la ley deben quedar implícita la concepción que el racismo es un fenómeno estructural e institucional, que con el redactado actual se da a entender que no es así.
Se propone: Añadir los siguientes puntos:
Proponiendo leyes de rango superior que puedan modificar otras existentes en las que fundamente la actuación discriminatoria y/o con sesgo racista desde la propia administración pública.
Articulando una acción formativa permanente en todos los servicios de atención a la ciudadanía (salud, educación, universidad, medios de comunicación, servicios a la ciudadanía, servicios sociales, servicios registrales y/ digitales, entre otros) especialmente en las fuerzas de seguridad públicas y privadas, que permita a las y los agentes tener conocimiento profundo sobre los derechos humanos, sobre las diferentes formas de racismo que actúan en la actualidad y sobre la discriminación interseccional.
Eliminando el racismo y la violencia institucional, estableciendo un control democrático específico (observatorios financiados con fondos públicos) sobre las dinámicas racistas institucionales instauradas (perfil étnico en las detenciones y los abusos policiales existentes, CIES, derechos humanos de las personas migrantes, derecho efectivo a adquirir la condición de refugiado y refugiada).
Garantizando que el derecho a empadronarse, como puerta de entrada a derechos fundamentales que es, se hace efectivo sin ninguna restricción ni condicionante en todo el territorio estatal.
Propuesta 4
Ubicación en el documento: Páginas 6 y 7.
Argumentación: Las referencias a la infradenuncia que aparecen en el texto expuesto a consulta parten de un planteamiento hecho desde el privilegio blanco ya que culpabiliza a las víctimas de no confiar en el Estado que precisamente les reprime. Desarrollemos primero mecanismos de protección y con el paso del tiempo y la implicación de agentes racializados se podrá abordar este hecho. Poner el racismo en la agenda política es de facto un cambio de paradigma ya que significa analizar y modificar la acción y la inacción de las administraciones y no de los grupos racializados.
Se propone: Eliminar las referencias a la infradenuncia tal y como están o redactarlas de nuevo en la línea de nuestra argumentación.
Propuesta 5
Ubicación en el documento: Páginas 6 y 7.
Argumentación: El antigitanismo está ampliamente definido por organismos internacionales y España debe incorporar esa definición. No hay nada que aclarar. Nos parece peligroso el intento de hacer definiciones propias que se alejen de lo reconocido internacionalmente. En cualquier caso, se puede aclarar conceptos que no estén todavía recogidos en el contexto e instituciones internacionales donde España participa.
Se propone: Cuando menos eliminar el antigitanismo de los conceptos que se deben aclarar.
Propuesta 6
Ubicación en el documento: Páginas 6 y 7.
Argumentación: Los objetivos de cualquier ley son el motor de lo que realmente esos textos se proponen. Entendiendo que esos objetivos no tienen por qué especificar las acciones que después puedan derivar de estos, se necesita mucha mayor “mordida” e impulso político en una ley de este tipo. Por esa razón, para que esta ley pueda ser un instrumento de transformación de realidades muy dolorosas existentes con la complacencia del Estado y sus instituciones muchas de ellas, se necesita introducir elementos muchos más específicos que el texto tenga el enfoque adecuado.
Se propone: Añadir los siguientes objetivos en la lista existente:
Harmonizar e impulsar los recursos ya existentes en las administraciones públicas para que ejerzan de manera efectiva y con suficientes recursos su acción con los grupos o colectivos víctimas del racismo estructural, especialmente las fiscalías provinciales de delitos de odio.
Empoderar a los grupos racializados y/o que padecen discriminación étnico-racial a través de su sociedad civil, para que posibiliten un ejercicio pleno de la ciudadanía de sus componentes, desde planteamientos propios, no impuestos y dialogados con las instituciones pertinentes. Especialmente se debe empoderar a las organizaciones y/de la sociedad civil racializada para que realicen el monitoreo de políticas públicas que les afecten directa o indirectamente, así como para la realización de “testings” o ejercicios similares en todo el territorio estatal, sobre el racismo cotidiano (inmobiliario, tanatorios, comercios, centros de salud, comisarías, transportes públicos, entre otros) que posibiliten tener información concreta y datos numéricos reales, de este racismo que afecta profundamente a la salud física y mental de millones de personas en el Estado Español. Estas acciones posibilitarían contribuir al diagnóstico necesario, ya que los que se hacen en la actualidad están marcados por la complacencia blanca/paya) para hacer las regularizaciones pertinentes y efectivas en los distintos ámbitos legislativos y reguladores.
Derogar y/o transformar la legislación (Ley de Extranjería, Ley Mordaza, entre otras) y otras regulaciones y reglamentos existentes que contravengan los Derechos Humanos y las convenciones internacionales de las que España es firmante y establecer un organismo consultivo vinculante, compuesto por personas y profesionales que formen parte de la diversidad étnico-racial y de género, que supervise las propuestas de leyes que el poder ejecutivo y legislativo proponga para que cumpla con esta condición de extrema importancia.
Establecer “procesos de la verdad y reconciliación” que evalúen los daños ocasionados a los diferentes colectivos (Pueblo Gitano, comunidad afro, Pueblo Judío, Musulmanes, comunidad Amazig) desde la instauración del estado moderno surgido de la colonialidad, para que se puedan establecer verdaderas políticas de reparación, posibilitando de esa manera el conocimiento mutuo y la concordia. Estos procesos deben ser ampliamente divulgados y deben empezar con una petición de perdón encabezadas por la Monarquía, en las que se deroguen las leyes racistas promulgadas, así como todas las sentencias judiciales que se hayan dictado bajo su influencia (sentencias de muerte, condenas a galeras, pragmáticas antigitanas, leyes esclavistas, leyes que posibilitaron el expolio de los pueblos indígenas en Suramérica, entre otras).
Acabar con la simbología colonial y racista de las administraciones públicas españolas (12 de octubre como fiesta nacional exaltando el genocidio y el expolio realizado, calles o lugares en todo el territorio estatal con nombres de esclavistas o ejecutores de genocidios [Marqués de la Ensenada, organizador de la Gran Redada en 1.749 que fue el primer intento de genocidio programado y diseñado por poderes públicos en todo el continente con el objetivo de la eliminación física de las personas gitanas en España], las exaltación de los Reyes Católicos como símbolo nacional (en el Congreso de los Diputados, entre otros muchos lugares) sin explicar sin ambigüedades su responsabilidad en la articulación del colonialismo, el antisemitismo y el antigitanismo, y las millones de muertes que estos fenómenos han ocasionado, entre otros.
Establecer un Plan Estatal de Comunicación de la Diversidad Étnico-Racial, que articule el papel didáctico contra el racismo y la xenofobia y otras formas conexas de discriminación de los medios de comunicación públicos, así como los privados que quieran optar a financiación y/o ayudas públicas, para que existan programas regularmente emitidos, en horario de media y gran audiencia, sobre la actualidad de los grupos racializados, con la participación de profesionales racializados, que se establezca como una de las principales políticas de construcción de nuevos referentes para el conjunto de la ciudadanía desde los principios de la justicia social y la equidad. Estos medios también deberán establecer cuotas de personal racializado de forma ética y no estética, principalmente en la creación y selección de contenidos, así como los que están delante de las cámaras, los micrófonos o los teclados de sus departamentos de noticias, tomando como referencia y mejorando a la BBC británica o a los noticieros de France TV.
Generar un Plan Estatal de Fomento de las Contranarrativas Racializadas, como mejor estrategia contrastada de combate del odio racista en los medios de comunicación y en las redes sociales. Este Plan Estatal deberá estar financiado con fondos públicos y con la participación de las empresas que alojan las redes sociales, que ganando millones de euros diariamente en España y consintiendo de facto la proliferación y dispersión de odio racista en sus plataformas, con un compromiso muy limitado para su eliminación, tiene una gran responsabilidad en el auge de este tipo de discursos y acciones.
Establecer como aspectos transversales de las políticas contra el racismo que emanen de esta ley los aspectos relacionados con el género y con la protección de las infancias, especialmente en el ámbito educativo, con sus respectivas historias silenciadas (Pueblo Gitano, la realidad de la colonización y la esclavitud, entre otras), para lo que se tendrá que contar con profesionales racializados y racializadas.
En Madrid, Barcelona, Sevilla y Reus, a 14 de abril de 2022
Documento del Ministerio de Igualdad puesto a consulta pública:
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