La auténtica red social: una investigación convierte a las mujeres y niñas gitanas del barrio más pobre de España en activistas

La auténtica red social: una investigación convierte a las mujeres y niñas gitanas del barrio más pobre de España en activistas

Un trabajo coordinado por la Universidad de Sevilla consigue crear un colectivo para reivindicar mejoras y hacer que las adolescentes persigan salidas alternativas

Zíngara (se omite el apellido por ser menor) tiene 14 años, 11 hermanos ya casados y sueña con ser maestra, a diferencia de muchas de sus compañeras “que, con 15 años, tienen novio, han dejado el instituto y ya están amargadas”, según relata. Naira, de ocho años, quiere ser médica, futbolista y pintora. Alegría, de 12 años, también aspira a enseñar y su compañera Carmen, de la misma edad, se ve como peluquera. Todas son de etnia gitana y viven en los barrios más desfavorecidos de Sevilla, Pamplona, Córdoba o Alicante. Cada mañana, cuando levantan la persiana y pisan la calle para ir a los centros educativos, solo ven suciedad, cables descubiertos, casas arruinadas, basura, zanjas, insalubridad… Un proyecto de investigación de la Universidad de Sevilla y otras cuatro entidades académicas, llamado [J]itana, busca una nueva fórmula para revertir esa realidad, que la degradación del entorno no sea una condena permanente, que las niñas y sus madres sean dueñas de su futuro, cumplan sus sueños, transmitan su aprendizaje y alcen la voz.

“Tenía que llevar a mi hijo en brazos por la escalera para que no le picaran las pulgas. Protestaba, pero no venían a desinfectar. Me vi impotente”, recuerda Raquel Gabarre, que lleva 43 de sus 50 años viviendo en el Polígono Sur de Sevilla, un conjunto de barrios con la menor renta de España, según los Indicadores Urbanos del Instituto Nacional de Estadística (INE), y donde sobreviven 50.000 personas con 5.666 euros de ingresos medios anuales.

Patricia Amaya, de 44 años, ha vivido algo más de una década “en el peor bloque del barrio” con una niña pequeña a la que acompañaba a diario al colegio sorteando todo tipo de riesgos desde los rellanos de la escalera hasta el centro escolar. Es limpiadora y ha trabajado 14 horas diarias por cinco euros la hora y sin asegurar. Ha conseguido salir de ese bloque con la ayuda de esa hija a la que protegía y que hoy está ya asentada en Pamplona y con un trabajo. Ambas representan a la mayoría de la población del Polígono Sur: obreros, luchadores y resilientes. “Aquí hay más gente que cuida de todo y que trabaja que gente que no lo hace. Nos hacen creer que es culpa nuestra, pero es mentira. El barrio está deteriorado desde hace 30 años y debería ser ilegal vivir así. Es infrahumano”, asegura Raquel Gabarre.

Ella y Patricia Amaya forman parte también de [J]itana, el proyecto liderado por la Universidad de Sevilla, financiado por la Agencia Estatal de Investigación (43.560 euros del plan de I+D+i Retos de Investigación con fondos europeos FEDER) y con especialistas de distintos ámbitos de la psicología social y experimental, la sociología, la docencia y la enfermería coordinados por el catedrático Manuel García Ramírez.

El programa, según resume el investigador principal, nace tras constatar varias circunstancias fundamentales: “El abandono es indiscutible y las mujeres son víctimas. No se les puede criminalizar ni considerar culpables ni exigirles que lo resuelvan. También constatamos que las medidas de seguridad, políticas y de participación fracasan porque se hacen de espaldas a la comunidad gitana. No se identifican”.

De esta forma, el programa, que no nació como exclusivamente femenino, pero fueron ellas las que se involucraron de forma mayoritaria, se plantea desde una premisa novedosa: la participación y liderazgo gitano para establecer pautas de acción. “Las mujeres y las niñas son coinvestigadoras. Es una alianza. Creamos un espacio seguro donde todos aprendemos”, explica Daniela Miranda, investigadora procedente de Boston (EEUU) que se ha asentado en Sevilla tras implicarse en el proyecto.

García Ramírez coincide en esta simbiosis: “Una niña de 15 años puede que no haya salido nunca del barrio. Construye su vida desde esta realidad deprimida y deteriorada que lleva al abandono temprano de la formación y a matrimonios adolescentes”. El 70% de las chicas gitanas de España abandonan la escuela a los 12 años. “Las niñas ni se plantean sus sueños”, comenta Marta Lajos, quien colabora en el proyecto con Gaz Kalo (Pueblo Gitano), la Federación de Asociaciones Gitanas de Navarra. “Pero sobreviven y podemos aprender de esa resiliencia, de su fortaleza, del concepto de familia. Hay patrones de vida digna y es lo que busca el proyecto”, añade el investigador principal.

El plan pasa por una primera fase de identificación de los problemas a partir de una fórmula denominada Fotovoz (photovoice), un proceso por el cual los participantes en el programa señalan y registran los problemas que hay que mejorar en su comunidad mediante imágenes. “Se deshabitúan. Dejan de ver algo como normal y toman conciencia al fotografiarlo”, explica García Ramírez.

Las imágenes dan lugar a un diálogo crítico que ha desembocado en Yiló (corazón en caló), un colectivo gitano y académico que permite pasar a la acción. “Vamos a hacer algo. Hay que empezar. Que nuestras hijas tengan sus sueños”, relata Raquel Gabarre.

Daniel La Parra, catedrático de sociología de la Universidad de Alicante e integrante del proyecto, explica que afrontan “problemas invisibilizados de los que apenas se habla, ni siquiera en el mundo académico, o que, cuando se hace, se estigmatiza a las víctimas y no se les reconoce la capacidad de observar y proponer”. “Hay que cambiar la gobernanza, pero la velocidad es muy lenta”, lamenta.

La finalización de la primera fase del proyecto, que ha conseguido una prórroga, ha llevado a la recreación en la Factoría Cultural del Polígono Sur de La casa de los sueños, una reproducción del hogar gitano al que aspiran las integrantes del programa, con un dormitorio donde, a pesar del paisaje que perciben por la ventana, cuelgan las ilusiones de futuro.

En la sala de estar de esa casa ideal se sienta Alegría, hija de vendedores ambulantes que insiste en que quiere ser maestra. “Me gusta trabajar con las niñas”, asegura. Y está dispuesta a todo, a trabajar y a estudiar hasta el final. Cuenta con el apoyo de la familia, igual que Carmen, su compañera, más tímida, pero también convencida de que el matrimonio precoz que sirve de salida para muchas compañeras no le lleva a ningún sitio.

“Las escuchamos, creamos un ambiente de confianza”, explica María Jesús Tejerizo, colaboradora del programa, para resaltar la importancia de este cambio de actitud. Recuerda una niña muy tímida que comenzó retraída en el proyecto hasta que un día dijo: “Yo quiero hablar”.

La investigación la ha llevado a cabo el Centro de Investigación y Acción Comunitaria de la Universidad de Sevilla (CESPYD), una Coalición para el Estudio de la Salud, el Poder y la Diversidad que tiene como misión desarrollar proyectos de investigación-acción comunitaria encaminados a aumentar el bienestar de grupos vulnerables y minorías étnicas.

CESPYD está compuesta por un grupo multidisciplinar de la Universidad de Sevilla, Instituto de Saúde Pública da Universidade do Porto (Portugal), Università Cattolica del Sacro Cuore (Italia), Universidad Industrial de Santander (Colombia) y Universidad Loyola Andalucía (España).

Autor: Raúl Limón
Fotos: Paco Puentes
Fuente: Materia – El País

¿Caben los sueños de las niñas gitanas en los centros educativos?

¿Caben los sueños de las niñas gitanas en los centros educativos?

Entidades gitanas apuestan por abordar el abandono escolar temprano a través de la escucha de las necesidades y metas de adolescentes y jóvenes en contextos marcados por la segregación

Un 13,3% de estudiantes abandonaron en 2021 sus estudios antes de haber completado la etapa obligatoria. La tasa ha mejorado notablemente en la última década, reduciéndose prácticamente a la mitad. Frente a estas cifras, el sistema educativo todavía arrastra una gran falencia: la exclusión de algunos colectivos, un 63,7% del alumnado gitano abandona tempranamente sus estudios.

Para afrontar este tendencia excluyente desde las perspectiva de las niñas y jóvenes gitanas una alianza de asociaciones creó el proyecto [J]itana, una J que según sus promotoras apunta a poner en el centro la justicia social y reproductiva, y que une bajo ese propósito a diversas entidades gitanas de todo el Estado —la valenciana FAGA, la FAGIC en Catalunya, la Federación de Mujeres Gitanas Kamira, las asociaciones de mujeres Akherdi i Tromipen y Yilo, y la navarra Gaz Kalo— junto a la Universidad de Sevilla.

Daniela Miranda, investiga desde hace años, junto a activistas gitanas, cuestiones relativas a la justicia reproductiva y al empoderamiento de las mujeres en el pueblo gitano. La investigadora apunta que es a partir de las conversaciones informales con estas activistas, y desde las historias de vida de las mujeres cómo se puso en evidencia una deuda: “A nosotras nunca nos han preguntado por nuestros sueños”, explicaban. La investigadora reconoce que la universidad es un espacio atravesado por el antigitanismo, donde no se ha considerado a este Pueblo como generador de conocimiento. Por ello, en [J]itana: “recogemos evidencias conjuntamente con las organizaciones y con las mujeres. Queremos asegurarnos de que es una práctica reflexiva entre todas, compartiendo estos espacios de reflexión entre iguales, de forma horizontal”. Se trata, explica Miranda, de pensar en este “derecho a soñar”, de forma práctica. Los sueños son prioridades, y para conseguirlas se necesitan recursos. Por ello considera que lo que se aborda en la investigación debe traducirse en políticas públicas.

Para poder hablar de sueños y necesidades, Sandra Heredia, concejala en el Ayuntamiento de Sevilla y activista de Yilo, considera que es necesario generar espacios seguros no mixtos donde las niñas puedan “hablar en libertad de todas sus inquietudes”, o trabajar cuestiones complejas como la de los matrimonios tempranos al tiempo que abordan cómo les afecta el antigitanismo, y en particular, el antigitanismo de género. Heredia explica cómo para hablar de esos sueños propios, se centran mucho en que las facilitadoras sean gitanas, y en pensar en referentes “para que ellas conozcan otro modelo diferente de mujeres, otra realidad”. Para ello miran en su propio entorno, poniendo el foco en “mujeres referentes de su propio barrio, porque al final ser una mujer gitana no te convierte en un referente porque sí, necesitas referentes de tu día a día y de tu cotidianidad”. 

“Cuando trabajamos con el tema de las referentes, apuntamos que conseguir tu objetivo laboral o tu sueño no te hace ser menos gitana si no poner en valor toda la potencialidad que tienes dentro de tu cultura y tu entorno inmediato”

Heredia incide en que, al contrario de lo que ciertos discursos antigitanos pueden pretender, no hay ninguna contradicción entre elegir el propio camino y pertenecer a tu familia y tu entorno. “Cuando trabajamos con el tema de los referentes, apuntamos que conseguir tu objetivo laboral o tu sueño no te hace ser menos gitana si no poner en valor toda la potencialidad que tienes dentro de tu cultura y tu entorno inmediato, combatimos el antigitanismo para que se vea la realidad y la diversidad que existe dentro de nuestro Pueblo”.

Para Celia Montoya, de La Fragua Projects el hecho de que los actores implicados sean en su mayoría gitanos es fundamental para que tenga potencial transformador: compartir códigos facilita entender las diversas situaciones que pueden afrontar las jóvenes. “Lo fundamental de todo es que aquí a las chicas no se les obliga a nada, ni se les dirige hacia ningún sitio, sino que lo que tratamos es de que vean qué hay fuera de su entorno. A una muchas veces es su entorno lo que la limita, te limita la visión de las cosas que quieres hacer o incluso tu propia autoestima, a dónde puedo llegar y dónde no. Y más, cuando las niñas viven en un entorno social que está guetizado, que tienen precariedades no solo económicas”.

La Fragua Projects —primera empresa social constituida por profesionales gitanos— es una de las entidades implicadas en el proyecto y ha tenido un rol fundamental en hacer incidencia política, trabajando para llevar a las participantes del proyecto al Congreso de los Diputados y el Ministerio de Derechos Sociales con el fin de trasladar las demandas recogidas por las niñas y adolescentes en los espacios de trabajo, en unas jornadas que organizaron el pasado septiembre.

En aquella ocasión habló Nayra, de ocho años, quien participó en el proyecto de la mano de la Federación de asociaciones gitanas de Navarra, Gaz Kalo. La niña habló de la necesidad de facilitar becas para el estudio. Nayra, que quiere ser futbolista, valora el proyecto en conversación con el Salto. “Hemos hablado de nuestros sueños: Tania quería ser peluquera —ahora no sé si ha cambiado, pues cambia de opinión de un día para otro, ríe—, Laura quería ser psicóloga… este espacio nos ha dado la posibilidad de hablar entre nosotras de qué queremos y cómo lo podemos conseguir”.

Maria Jesús es la madre de Nayra, y también ha ejercido como facilitadora en Gaz Kalo. Hace un repaso de las actividades en las que han participado las niñas, que van desde talleres de fotografía orientados a hablar de emociones, conversaciones sobre qué personas son importantes para ellas, o un viaje conjunto, decidido por ellas mismas, a Senda Viva, un parque natural de Navarra. Las actividades, como esta en Senda Viva, incluían a las familias, especialmente a las madres, algo que desde el proyecto se considera vital.

La perspectiva intergeneracional permite también ahondar en algo que Montoya ve claro: “no hay ninguna contradicción entre tradición y avance. Para mí, una de las mejores formas de luchar contra el antigitanismo es apoyar a personas gitanas, tanto hombres y mujeres empoderadas, capacitadas para poder exigir sus derechos porque los conocen y que trabajen en cosas que les gustan y que les hagan vivir lo mejor posible”. Pese a que en muchas ocasiones se estigmatiza al entorno familiar para explicar el abandono escolar, Montoya invita a ampliar la mirada. “Se minusvalora al alumnado gitano, ya en el ámbito educativo se tienen muchos prejuicios. Yo creo que el profesorado también tiene que deconstruirse y formarse, y darse cuenta de hasta dónde llega el racismo”. En todo caso, apunta, se trata de algo tan básico como garantizar a todas las personas el acceso a derechos humanos. 

Y es que el entorno es mucho más que la familia, defiende Montoya, que como todas las familias pueden ser conservadoras y machistas o pueden no serlo. Estudiar en un colegio guetizado en un barrio guetizado, o en zonas rurales sin muchas oportunidades, “la sociedad que te rodea, la gente del cole, cómo te tratan en las tiendas”, todo eso forma parte del entorno, apunta la integrante de La Fragua Projects.

“Se minusvalora al alumnado gitano, ya en el ámbito educativo se tienen muchos prejuicios. Yo creo que el profesorado también tiene que deconstruirse y formarse, y darse cuenta de hasta dónde llega el racismo”

Antigitanismo o falta de oportunidades, Heredia trae a colación un caso práctico de uno de los barrios sevillanos donde trabajan, Torreblanca. “En el instituto al que van no tienen la oferta educativa que tienen en otro instituto, por ponerte un ejemplo muy concreto: muchas niñas quieren hacer estudios de estética y peluquería, pero en su centro educativo no existe esa opción. Ahí lo que llevamos es esta demanda para que en este centro incorporen esta formación para que las niñas no abandonen los estudios y al final se puedan formar en algo que ellas realmente quieren”.

La lucha por una mejora del sistema educativo que tenga en cuenta las demandas de este alumnado, son pasos imprescindibles para encarar este problema: “Al final lo que vamos trabajando también,  junto con la comunidad educativa — estamos recibiendo un gran apoyo de su lado— es que ellas se sientan escuchadas por todas las partes”, explica Heredia. La cuestión de la guetización no se reduce a lo escolar, apunta, y fuera de las aulas se suman otras demandas: “Por poner un ejemplo, en Polígono Sur tienen que andar casi dos kilómetros hasta una cafetería para juntarse con las amigas a tomarse un café”. Frente al abandono de las instituciones, las chicas propopen autobuses más frecuentes al centro, bibliotecas para estudiar, o actividades de ocio por la tarde. 

Desde la universidad, Miranda considera que la mezcla de entidades de distinto tipo le ha dado mucha potencia al proyecto. Desde La Fragua Projects y su experiencia en la lucha contra el antigitanismo y de incidencia política, a Gaz Kalo, que cuenta con una forma de trabajo muy desde local, a Yilo, en Sevilla “yo he construido mi identidad como investigadora y como feminista con ellas”.

Para Sandra Heredia, este tipo de alianzas “es también abogar por otro tipo de modelo asociativo del mundo gitano, que al final no sea solamente de prestación de servicios o asistencialismo”, un proceso “empoderador” que busca, reflexiona Heredia, “implicar al mismo nivel a todos los agentes que están conectados en la transformación real en sus propios barrios”. Más allá de posibilitar la escucha, y que las niñas y adolescentes puedan acceder a las asociaciones de barrio, centros educativos o instituciones, se trata de que el proyecto sea un “espacio de decisión”, y ahí cobra especial sentido, tanto las intervenciones ante el ayuntamiento de Sevilla o el Parlamento andaluz, como la visita a Madrid que “sirvió para llevar a la instituciones las demandas reales. Las propias mujeres, cuando intervenían en el Ministerio y en el Congreso hablaban de la realidad de su barrio. Polígono Sur es el barrio más pobre de todo el Estado Español, las mujeres querían saber en qué se destinan los fondos públicos que se dirigen a sus barrios”. 

María Jesús y Nayra reconstruyen qué se dijo ahí sobre las necesidades expresadas durante el proyecto “acceso a becas de estudio, oportunidades laborales, que se sientan apoyadas por las personas que las rodean, como es el centro educativo, la familia y la sociedad en general” apunta la madre. Para la hija, que habló desde la tribuna, se trata de “ayudar a que otras niñas puedan hacer lo que ellas quieren, que no piensen que no lo pueden hacer”. Comprender, concluye Montoya, que “tienes todo el derecho de decir lo que tú tengas que decir, porque eres una persona y tienes derechos”.

Fuente: El Salto
Autora: Sarah Babiker

Amaro Jiménez en su programa “Camelamos Naquerar” entrevista a las participantes en el Encuentro estatal del proyecto [J]itana

Amaro Jiménez en su programa “Camelamos Naquerar” entrevista a las participantes en el Encuentro estatal del proyecto [J]itana

Entrevista en el programa Camelamos Naquerar, tras el Encuentro Estatal de ❤️[J]ITANA⭐ celebrado en Madrid del 27 al 29 de septiembre de 2022, organizado y agendado por La Fragua Projects.

Para nosotros ayudar a posibilitar que estén en el Congreso de los Diputados y en los Ministerios, niñas y adolescentes gitanas y sus madres planteando sus anhelos y dificultades y dialogando con los grupos parlamentarios y los responsables ministeriales forma parte nuestro compromiso fundacional. No exageramos si decimos que no hay nada más hermoso y bonito que podamos hacer y esta es nuestra manera de empezar.

❤️[J]ITANA⭐: es una investigación-acción participativa basada en la comunidad sobre los derechos de las mujeres gitanas.

Fuente: Camelamos Naquerar – RAI

El encuentro estatal del proyecto [J]itana termina con la jornada de trabajo de investigadoras y asociaciones en la Agencia Estatal de Investigación

El encuentro estatal del proyecto [J]itana termina con la jornada de trabajo de investigadoras y asociaciones en la Agencia Estatal de Investigación

El proyecto [J]ITANA es un proyecto de investigación-acción participativa basada en la comunidad sobre los derechos de la mujer liderada por asociaciones gitanas. El proyecto aborda las desigualdades que enfrentan las adolescentes y familias gitanas que viven en riesgo de exclusión en el marco general de la lucha contra el antigitanismo estructural desde una perspectiva de género.

El proyecto ha celebrado su encuentro estatal entre el 27 y 29 de septiembre en Madrid. El encuentro, organizado por la empresa social gitana La Fragua Projects, ha consistido en varias jornadas con representantes ministeriales, con grupos parlamentarios en el Congreso y con investigadores académicos, además de otros actos sociales.

Domènec Espriu, director de la Agencia Estatal de Investigación (AEI) ha acompañado a la delegación del proyecto al encuentro en el Congreso con los grupos parlamentarios y ha inaugurado la Jornada de Asociaciones e Investigadoras realizada en la AEI. El Director de la AEI ha indicado: “Destacaría la relevancia de la investigación en ciencias sociales, importante para identificar aquellos puntos estructurales y situaciones clave que, como en este caso, pueden afectar a una minoría o grupo que necesita el apoyo de la sociedad para seguir adelante y no dejar a nadie atrás. Esperamos que los grupos parlamentarios tomen adecuada acción sobre este tema que afecta a mujeres y adolescentes gitanas”

Manuel García Ramírez, investigador de la Universidad de Sevilla y co-investigador principal del proyecto, ha indicado que la función fundamental del proyecto es elaborar evidencias que permitan a niñas y madres poder abogar por sus derechos ante los que hacen políticas y leyes, destacando el carácter simbólico de acto, pero aun así de alto contenido.

Por su parte, Virginia Paloma, investigadora de la Universidad de Sevilla y co-investigadora del proyecto, ha compartido las cualidades del proyecto que lo hacen tan valioso, como que pone encima de la mesa el rol clave de las asociaciones gitanas, así como el rol de la mujer y la perspectiva de género para la contribución de la mujer en la sociedad; es increíble la movilización de múltiples agentes del proyecto (políticos, personas de a pie, asociaciones, investigadoras, etc.) y la reflexión de como el proyecto ha permitido vincular la salud mental o la salud en general con lo político.

El proyecto [J]itana (referencia RTI2018-096403-B-I00) está financiado por la Agencia Estatal de Investigación.

Fuente: Agencia Estatal de Investigación

Los sueños y reivindicaciones de las adolescentes gitanas en Onda Madrid

Los sueños y reivindicaciones de las adolescentes gitanas en Onda Madrid

Nuestra prima y compañera Sandra Heredía es entrevistada por la cadena autonómica Onda Madrid en su programa matinal Buenos Días para explicar en qué consiste el proyecto [J]itana y el Encuentro Estatal que se celebrará en Madrid los días 28 y 29 de septiembre.

Sandra, como componente de CESPYD de la Universidad de Sevilla argumenta que es necesario trabajar en el marco de la lucha contra el antigitanismo y en pro de los derechos de la infancia y adolescencia gitana.

Fuente: Buenos días – Onda Madrid
La entrevista es del minuto 39:36 al 51:25