El Salto Andalucía entrevista a la candidata a la alcaldía de Sevilla de Adelante Andalucía a unas semanas de las elecciones del 28 de mayo

Las niñas del instituto del barrio de Torreblanca donde trabaja Sandra Heredia (Córdoba, 1985) se lo han dejado claro: no la van a votar, aunque pudiesen. No quiere que se marche de sus clases y dejarla de ver. Hasta ahora Heredia ha podido compaginar su labor como integradora social con el activismo en movimientos sociales y su labor como concejala desde 2019.

Este 28 de mayo se presenta a la alcaldía de Sevilla como candidata del partido Adelante Andalucía a la que describen como: “la alcaldesa de los barrios” 

¿Cuál fue tu impulso para meterse en política y por qué?

En política institucional llevo desde 2019, pero en movimientos sociales llevo desde el  instituto que empecé con el tema de la guerra de Irak. Ahí comencé a moverme y organizarme y tras eso llegué al Sindicato Andaluz de Trabajadores, y luego vino el movimiento feminista antirracista. Primero me moví por una injusticia que era la guerra, es lo que me despertó, porque mi familia no está politizada, yo no lo he visto en mi casa. Cuando comencé a ver las injusticias empecé a ser consciente de la situación de mi pueblo.

Llevo desde siempre en los movimientos sociales y pasé a la política institucional porque creo que también hace falta, que haya otras voces en lo institucional, y que se vea que desde otro prisma también se puede hacer política.

¿Qué has aprendido de los movimientos sociales que puedas aplicar a la política institucional? 

Yo creo que la mayor formación política es estar en los movimientos sociales. A mi me hace gracia la gente que cree que lo único importante es leerse a los grandes autores marxistas leninistas. Al final la militancia se aprende en la calle y se aprende militando y aprendiendo de primera mano lo que hay en la calle, la injusticia que hay, cómo la gente se autoorganiza sin medios ante la situación que están viviendo.

¿Y de las instituciones, qué estás aprendiendo?

De la institución he aprendido que es una herramienta para poner al servicio de tu gente y de la gente en general, no solamente de la gente que te vota. Con el tiempo te das cuenta que en la institución se llega a mucha gente, que puede estar en tus antípodas políticas, pero te das cuenta de que vive en la misma situación de desigualdad. 

En ese sentido, ¿Cuál es tu propuesta de diálogo con las personas que no forman parte de vuestro electorado?

Yo creo que al final el diálogo se genera conociendo lo que está pasando de primera mano. Un ejemplo muy concreto es el tema de los cortes de luz en los barrios obreros de Sevilla. Cuando vas con los vecinos, vas a enterarte de lo que pasa, y te digo yo que hay mucha gente ahí que no te vota o que ni siquiera sabe que existe tu formación política. 

Ellos ven una persona que es del Ayuntamiento y que se interesa por sus problemas. Hay gente que luego se sorprende, sabiendo tu ideología política, estar en los sitios es mejor que estar escribiendo una nota de prensa desde tu casa y sin saber lo que está pasando en tu barrio.

La gente lo que quiere es trabajar, olvidemos ese mantra que dice la derecha de que solo queremos vivir de la paguita.

¿Cuál es tu inspiración a la hora de hacer política?

A mi me inspira mucho mi gente, mi madre, mi prima, mi amiga y sobre todo la gente que me rodea y las mujeres de los barrios. A mí me inspiran mucho las mujeres del polígono Sur con las que trabajo desde hace años, están peleando por su barrio y les duele su barrio. Eso a mí me inspira mucho, porque son gente que lo tienen todo en contra pero que aún así están luchando por la dignidad de su barrio. Intento estar con la gente y fijarme porque es lo que me llena. También me inspiran las mujeres de otros muchos colectivos muy invisibilizados que después de la historia de vida que tienen y de la realidad que tienen  sacan tiempo de su vida para luchar.

¿Qué crees que pueden aportar los barrios a la ciudad? 

Hay dos Sevillas, como ya decía Pata Negra en su Rock del cayetano: la de los turistas y la de la gente. En Sevilla todo reina en torno al turismo y lo demás está totalmente olvidado. El transporte por ejemplo, de la Macarena a Torreblanca se tarda una hora montada en el autobús y la cultura está enfocada en el centro. Seguimos estando a la cabeza de los barrios más pobres de España y la gente está cansada. Luego la gente está cansada de experimentos en los que dicen que van a erradicar la pobreza, la gente lo que quiere es trabajo y vivir bien.

¿Qué vida estamos dejando? Solo la del centro, como un escaparate. Un escaparate que como en las tiendas se apaga la luz y no hay nada. 

¿Qué políticas deberían crearse entonces para fomentar la vida en los barrios? 

Principalmente el empleo. Las propuestas que hay son parches, porque de nada le sirve a la gente joven de Sevilla, un plan de seis meses que les ponga en un empleo al que no van a poder optar, que no es real. La gente lo que quiere es trabajar olvidemos ese mantra que dice la derecha de que solo queremos vivir de la pagüita.

La gente no quiere estar mendigando para poder sobrevivir. La gente quiere trabajar, la gente quiere vivir bien y un futuro para sus niños.La gente no quiere estar siempre pendiente de levantarse al día siguiente y no saber si va a tener que comer o si no le va a llegar la ayuda financiera. Tenemos que hacer planes reales de transformación de los barrios con el empleo y con la mejora de la escuela.Hay dinero para hacerlos pero en Sevilla se gasta el dinero en grandes eventos que se suponen que generan una riqueza increíble en la ciudad pero la gente sigue siendo pobre.

¿Cuáles son tus propuestas para hacer una ciudad más vivible y más colectiva?

El turismo en Sevilla ya ha llegado a un punto completamente desorbitado.Como estamos en campaña el PP y el PSOE se han puesto a hablar de turismo cuando son los culpables de que esto esté así, hay que tener la cara de cemento. Han dejado la vía abierta para que nos echen de nuestros barrios, para que se acabe con el comercio local y para que no podamos disfrutar de la calle. Hay que poner un coto, tomar medidas. Nosotros proponemos una moratoria para que los próximos cuatro años no se den ni una licencia más de viviendas con fines turísticos. La gente no se puede independizar, no hay oferta de vivienda pública. Yo recuerdo hace años cuando se hacían en el Polideportivo San Pablo, ahora en el salón de plenos y apenas dan.

A mi me hace gracia la gente que cree que lo único importante es leerse a los grandes autores marxistas leninistas. Al final la militancia se aprende en la calle

En los últimos meses ha habido un repunte de los discursos de odio de aporofobia y racismo en distintas zonas de Sevilla. Por ejemplo en el barrio de la Macarena. ¿Qué se puede hacer desde el gobierno local?

En el barrio de la Macarena siempre he visto que hay un poco de interés institucional en crear convivencia, hay que apostar por tener un barrio para todas. Yo concretamente desde hace años formo parte de plataformas del barrio, hay una parte que es de conciencia colectiva y social, pero hay una parte muy gorda de culpabilidad de la institución.

Llevamos pidiendo la descentralización de los recursos para personas en situación de calle  para que se repartan por toda la ciudad, porque no hay unos servicios de calidad para las personas que se encuentran en situación de calle. Las trabajadoras hacen un trabajo increíble y con una sensibilidad brutal. Pero tú no puedes tener a la persona en un mismo punto de la ciudad, todo concentrado. Entonces necesitamos descentralizar, que haya modelos de albergues de pequeños grupos de personas con una atención integral con que se puedan atajar patologías duales, porque hay muchas personas con problemas de salud mental, de drogodependencia, que necesitan una atención integral.

Desde el ayuntamiento se habla mucho de sensibilización pero de qué te sirve un programa de sensibilización si tú no estás como gobierno dándole los recursos que necesita que se encuentran en esa situación de calle puedan vivir bien. 

¿El último libro que te has leído? 

Pues uno de Elisabeth Benavent, que tenía que evadirme y quería leerme una novela y también Por un poder andaluz de José Luis de Villar, me ha servido mucho porque yo soy andalucista desde que era chica, eso sí lo tenía muy claro, siempre soberanista. Me ha servido para conocer un poco más la realidad histórica del andalucismo aquí en nuestra tierra y de cómo seguir construyendo voz propia.

Autora: Aurora Báez Boza
Fuente: El Salto